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LaLiga

0-2: Un adiós de Primera

El Real Valladolid cae en su último partido de liga, con el objetivo de la permanencia cumplido y una grada volcada en su agradecimiento

El Real Valladolid despidió este sábado, ante el Valencia, la temporada ante un Estadio José Zorrilla lleno para compartir con los jugadores el haber logrado el objetivo de seguir, una temporada más, en Primera División.

Sobre el césped, desde el inicio, fue el Pucela el que propuso más durante la primera parte. Sin la presión de jugar al borde del abismo los jugadores locales se desataron y ya en el minuto dos ya se gozó de una gran ocasión con una falta directa a un metro de la media luna. El disparo de Alcaraz rebotó en la barrera, pero el dominio blanquivioleta continuó.

En el 13’ Toni puso en pie a la grada con una jugada individual en la que se marchó de varios rivales, apuró línea de fondo, se zafó de dos más y disparó, escorado, al palo. A partir de ahí el Valencia asumió galones y comenzó a generar peligro, con dos oportunidades claras de marcar, una de ellas de Rodrigo dentro del área que sacó Yoel con una parada magistral, con el pie.

Llegado al ecuador del primer acto Verde obligó a Domenech a realizar una buena parada tras un disparo de falta directa, desde muy lejos, que se envenenó con un efecto diabólico. Entre ‘olés’ de la grada combinaba el Pucela, que volvía a ganar terreno.

Pero en el 35, a consecuencia de un fallo tras presión rival, el Valencia recuperó cerca del área del Real Valladolid y, tras varios pases, Soler se quedó mano a mano con Yoel y batió por bajo. Con ese 0-1 se llegó al descanso.

 

El adiós de Borja
La segunda mitad fue tiempo de reconocimientos, de ovación, de hacer la ola y de aplaudir a los jugadores, en especial a Borja, en el día de su retirada.

Pero antes de todo eso, en el minuto 52 llegó el 0-2. Parejo se adelantó, robó tras presión alta a saque de portería, y regaló a Rodrigo el gol. No se rindió el Pucela, que se volcó al ataque y tuvo en un disparo de Alcaraz al palo una de las más claras para acortar. Toni lideró el arreón blanquivioleta aunque el partido, con el paso de los minutos, entró en una fase más adormecida.

Con el carrusel de cambios comenzó a calentar la fiesta posterior. El primero en retirarse fue Alcaraz, por Míchel, con la grada puesta en pie. Igual sucedió cuando Ünal entró por Keko, y tuvo la culminación con el cambio de Calero por Borja. El gallego formó piña con sus compañeros en el centro del campo y Zorrilla volcó todo su cariño en agradecer al mediocentro sus 220 partidos a lo largo de siete temporadas en Valladolid.

En los minutos finales el partido se jugó en la grada. Bufandas al viento y cánticos de orgullo acompañaron al equipo. Solo faltó gritar gol, el que estuvo cerca de conseguir Ünal en un potente lanzamiento repelido por Domenech.

El Real Valladolid finaliza una temporada inolvidable, la de la confirmación en Primera División. Sobre todo, un curso en el que la afición y el equipo han ido en la misma dirección, en el cual el sentimiento blanquivioleta ha estado más vivo que nunca. Una pasión que se toma unos meses de descanso para volver, en unos meses, más fuerte aún.