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Despedida con el corazón

La afición blanquivioleta dio su último adiós a Diego Castillo Macías en uno de los momentos más emotivos vividos en el Estadio Zorrilla

La afición del Real Valladolid escribió en los prolegómenos del partido ante el Barcelona una página hermosa de la historia de este Club. El homenaje que tributó a Diego Castillo Macías fue emocionante. No se trataba del último adiós a un ex jugador, un ex entrenador o un ex presidente; ni siquiera se trataba de una persona popular más allá de su larga familia y extenso círculo de amigos. Pero la afición blanquivioleta entendió que el homenaje a Diego Castillo Macías era el reconocimiento a ese aficionado anónimo que es el sustento espiritual del Real Valladolid. Fue uno de esos actos que hace más grande a un Club.

A Diego Castillo, abonado número 365 del Real Valladolid, se lo llevó al cielo un infarto durante el partido ante el Athletic Club. Se despidió de este mundo en Zorrilla y los aficionados, sus compañeros de asiento, sus compañeros de condición de abonado, le dieron su último adiós como se merecía, primero cuando el Presidente depositó un ramo de flores en el asiento 55 de la fila 8 de la Grada Norte de Zorrilla y después cuando un silencio respetuoso y estremecedor acompañó al "El cant dels ocells" de Pau Casals.

Como dijo otro gran aficionado: "el cielo ya es un poco más blanquivioleta".

Fotografías (Miguel Ángel Santos): en portada, Carlos Suárez, junto a Mª Ángeles Hernández, viuda de Diego Castillo.