"Noto un crujido y me dejo caer"

Fue una de sus primeras jugadas con el Real Valladolid Simancas. Un mal gesto y la ilusión por el comienzo, por el proyecto, quedó en suspenso. Los peores presentimientos aparecen en la cabeza. Y enseguida conectó los puntos. Era el 22 de agosto de 2022 y Lucía Zapatero Fernández (16 de febrero de 2006), que se vestía por primera vez con la ropa del Club para completar la que iba a ser su primera sesión de entrenamiento junto a sus compañeras, se rompió el ligamento cruzado anterior.

"En los primeros entrenos, y más con un Club nuevo, suelo ponerme muy nerviosa. Eso creo que influyó bastante" asume con humildad, como tratando de encontrar una respuesta a qué pudo pasar, la jovencísima jugadora. Una acción que recuerda bien, "una jugada por banda, me voy a girar, noto un crujido y me dejo caer porque sabía que algo había pasado", y que la reflejó en la jugadora que ha inspirado a tantas niñas que sueñan con dedicarse al fútbol de manera profesional: "En un primer momento se me viene la imagen de Alexia Putellas, 'espero que no pero ha podido pasar esto' es lo primero que se me vino".

Pero se confirmó el pronóstico.

"Me lo dijo Alberto, el médico del Real Valladolid, el día que me hice la resonancia, Llamó a mi padre por teléfono, que estaba en los Anexos con mi hermano, y se lo dijo. Es un momento que tengo bastante borrado, no me acuerdo de las palabras". Y comenzó a trabajar desde eso momento. Primero, gracias a Youtube donde "empecé a ver muchos vídeos y a darme cuenta de la lesión, así se afronta mejor", y después con trabajo físico una vez que pasó por quirófano, el 22 de septiembre. "A partir del día que me operaron, a contar uno menos hasta que llegue el día de jugar" manifiesta con una madurez que sorprende en una persona de 16 años que se ha visto obligada a poner un paréntesis a su pasión, su vocación, su vida. 

Una fortaleza que impregna su día a día. "No he sentido mucho dolor, solo el día que me quitaron la anestesia, unos 15 minutos de pasarlo muy mal" afirma, con la perspectiva de llevar casi cuatro meses en el proceso de recuperación. Con el agravante de que ella nunca había sufrido una lesión de tanta magnitud, tan solo "había tenido algún esguince de tobillo". Superadas las semanas de sentirse más vulnerable ya que "antes de la operación tuve una semana en muletas y estuve un mes que me llevaban la mochila, tenía que depender bastante de todo", ahora mejora con fisioterapia para seguir descontando días. "Llevo dos meses haciendo ejercicio de fortalecer y ahora voy a empezar a trotar" relata. Pero, por el momento, sigue alejada de eso que tanto añora, tocar balón.

Alejada en sentido físico porque al mismo tiempo 'Zapa' está muy cerca del fútbol y, especialmente, de sus compañeras de vestuario. Fiel a los partidos del Real Valladolid Simancas, la filosofía de la joven jugadora es encomiable. "A las compañeras no se las puede fallar nunca. Me gusta mucho verlas jugar, me doy cuenta de cómo es el equipo, tocan muy bien el balón y perderme un partido me fastidia bastante, juegan muy bien" analiza desde su perspectiva, la altura de la grada desde la que ve los encuentros de las pucelanas. 

Un cariño recíproco ya que los ánimos de ellas la ayudan a llevar la lesión con más entusiasmo. "Me cuesta bastante hablar y todas me lo hacen muy fácil, me dicen que cuándo empiezo a jugar, que me queda muy poco" comparte, mientras se sujeta las ganas de vestirse de corto sobre todo "en los calentamientos antes de los partidos, me cuesta verlas con el balón y no darlo alguna patada".

Por último, Lucía Zapatero trata de buscar la oportunidad dentro de esta crisis. Una enseñanza, algo positivo que sacar de esta desagradable vivencia. Y encuentra las palabras que pueden servir, también, de referencia y ejemplo ante momentos de adversidad: "Aprendes de todo, te hace mejorar y mentalmente afrontas mejor algunas situaciones, eres algo más consciente".