La primera plantilla del Real Valladolid se ejercitó el viernes 13 de marzo en los Anexos. Después de aquella sesión, día y medio antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma, el Club tomó la decisión de suspender todos los entrenamientos debido a “responsabilidad y conciencia social”.
Los jugadores, confinados en sus casas como la gran mayoría de los ciudadanos para ganar el partido más importante, siguen el plan de entrenamientos diseñado por el cuerpo técnico después de que se suspendiera la competición -el 14 de marzo, hace justo un mes, estaba previsto el duelo liguero en Butarque-. El objetivo es tratar de perder el menor tono físico posible para que, en caso de que se reanude LaLiga, la readaptación a la exigencia del deporte profesional sea poco lesiva.