El Real Valladolid despidió el año con una merecida victoria y se marcha al parón navideño con alegría. Los de Luis César se mostraron superiores al Real Zaragoza e hicieron méritos para sumar su segundo triunfo consecutivo, algo que le sitúa con 29 puntos en la tabla. Es cierto que aún tiene que recuperar los puntos perdidos en la mala racha anterior, pero el Pucela se dio una alegría en la fría noche vallisoletana.
El inicio fue eléctrico. Supersónico. Mata voló hasta la línea de fondo y sirvió atrás para que Anuar fusilara su primer gol en LaLiga. Un suspiro después, se repitió el guión. Robo, balón al espacio para el ariete y servicio al corazón del área para que Mikel González marcase en propia puerta. Seis minutos habían pasado y el luminoso señalaba un esperanzador 2-0.
El Pucela se replegó y dejó la iniciativa del juego a un Zaragoza que no hacía daño a los locales. Luis César preparaba el terreno para que un contragolpe sentenciara y Plano se encargó de cumplir los planes con una jugada magistral y una asistencia para que Mata sumara su decimosexto gol en Liga. El afortunado tanto de Borja Iglesias antes del descanso puso incertidumbre en el ambiente.
Las dudas no tardaron en disiparse. La entrada del equipo a la segunda mitad fue nuevamente muy buena y parecía claro que los puntos no se iban a marchar de Zorrilla. Un gol mal anulado a Mata y una clarísima oportunidad de Anuar en boca de gol hacían rumiar el 4-1, pero el Zaragoza se metió en el partido merced a un penalti cometido sobre Borja Iglesias que el propio gallego se encargó de transformar.
Afortunadamente para los blanquivioleta, el marcador no se volvió a mover y el Real Valladolid puede marcharse a disfrutar de la familia con la satisfacción que da encadenar dos victorias consecutivas. El próximo reto es vencer fuera de casa, vencer en el Pamplona. Pero eso ya será el año que viene.
