Al Real Valladolid le tocó este domingo sufrir el refrán castellano que advierte de que “días de mucho, vísperas de nada”. Tras un gran partido ante el R.C.D. Mallorca, con un festival de goles, este domingo, ante el C.D. Lugo, se estrelló ante la muralla lucense y no pudo pasar del empate a cero.
Fue el típico partido en el que el equipo visitante –mucho mejor equipo de lo que dice su clasificación- y su planteamiento defensivo se le atraganta al equipo de casa, que lo intenta una y otra vez de forma estéril. En definitiva, el Pucela no jugó bien, se atascó ante un conjunto que dio siempre por bueno el empate en Zorrilla y esta vez la fortuna le volvió la espalda porque Óscar tuvo dos ocasiones muy claras de gol y en ambas no pudo superar a Dani Mallo.
Por empuje, por dominio y disponer de las dos ocasiones más claras de gol del partido, el Real Valladolid mereció la victoria, pero del Pucela se esperan muchos más argumentos en el análisis de un partido.
El Pucela se fue desesperando ante su falta de acierto y el oficio de un rival que muy pronto vio que podía “torear” al colegiado Pizarro Gómez. El C.D. Lugo es un buen equipo de fútbol, sabe lo que tiene que hacer en el campo, y jugó con las pérdidas de tiempo que sacaron de quicio a los jugadores del Real Valladolid y a la grada. Por momentos, el partido entró en un ritmo desesperante con la complicidad del colegiado que perdió los papeles, sobre todo en la segunda parte, y el tiempo se esfumó sin remisión.
Si la lectura del partido para el Real Valladolid fue inequívoca y sabe perfectamente qué no hizo bien, el C.D. Lugo deberá reflexionar sobre lo que hizo esta tarde en Zorrilla. Dada su mala situación en la tabla, sin duda un punto en Valladolid es considerado muy positivo para sus intereses, pero en algunos momentos el equipo lucense dio la impresión de haber puesto en más problemas al Real Valladolid si hubiera tenido fe. ¿Lo hubiera conseguido? Quizá sí o quizá hubiera dado al Pucela los espacios que nunca encontró esta tarde. Nunca lo sabremos.
Al final, el partido fue lo que fue y para los analistas queda lo que pudo haber sido. La realidad es que el Real Valladolid dejó pasar de largo una oportunidad para auparse a la segunda plaza tras el empate del Real Betis en Los Pajaritos y, por el contrario, sale de la jornada “tocado” puesto que Las Palmas consolidó su liderato con una victoria “in extremis” y el Sporting de Gijón y el Girona sacaron adelante dos partidos difíciles con solvencia.
Ahora, el Real Valladolid deberá rehacerse y encajar en el puzle las nuevas fichas que han llegado en el mercado invernal. El objetivo es conseguir un Pucela 2015 más fuerte que pueda luchar por el ascenso con cuatro rivales que se lo están poniendo muy difícil.
Fotografías de Ángel Becerra.
