Para puntuar a domicilio ante un buen equipo hay que cuajar un partido redondo: hacer muchas cosas bien y no cometer errores de bulto que los rivales, jugadores de categoría, no van a perdonar. No fue el caso del Real Valladolid en su visita de este sábado al Coliseum, donde cayó por 3-1 ante el Getafe C.F. Durante muchos minutos –hasta el primer gol- tuteó a su rival, pero después se condenó con importantes fallos defensivos.
Hasta el 0-0, el Real Valladolid estaba haciendo un partido muy serio en todos los aspectos. Tanto defensivamente, donde sólo estuvo a punto de encajar un gol en un disparo cruzado de Jorge Molina, como en ataque, con dos llegadas de Mata muy peligrosas en comienzo del encuentro y una falta directa envenada de Jordán que sacó acrobáticamente Alberto García.
Fuerte en los duelos directos y con personalidad cuando el partido, poco a poco, se fue trabando tras un comienzo vistoso, el Pucela tenía controlada la situación hasta que encajó el primer gol. Lichnovsky cometió una falta en la banda derecha y el centro, más bien blando de Damián, encontró a Paul Antón en el segundo palo y el central se adelantó a la marca de Mata para cabecear a placer.
El Getafe olió la sangre y se fue a por el segundo. El Pucela quedó sobre el césped como un boxeador sonado y no sabía por dónde le entraban los golpes. Dos minutos después del primer tanto Jorge Molina falló el segundo, pero a renglón seguido Pacheco hizo un nuevo desconchón en que había sido muro blanquivioleta.
Paco Herrera movió el equipo, primero con la entrada de Jose y Mata por Ángel y Raúl de Tomás, y después la de Sergio Marcos por Balbi.
Cuando el Real Valladolid recobró el sentido, se metió en el partido con un buen gol. Guitián puso un balón al área para que Míchel prolongara al palo contrario, donde Juan Villar, libre de marca, entró con fuerza para fusilar de volea con la zurda. En ese momento, el partido estaba 2-1 y por delante quedaban 14 minutos de tiempo reglamentario, más seis de añadido por un balonazo en una falta a Lacen en la jugada previa algol blanquivioleta y por el que el partido estuvo parado cinco minutos.
Pero en la jugada siguiente al gol de Juan Villar, el Getafe cerró el partido. André Leao dio el balón a un contrario en la salida del balón y Portillo metió un pase en profundidad para Jorge Molina que, con los centrales abiertos en la construcción de la jugada, encontró una autopista hacia Becerra. Visto y no visto. Del 2-1 al 3-1 en un abrir y cerrar de ojos. El partido estaba visto para sentencia.
Demasiados errores para puntuar en el Coliseum. Demasiados errores para entrar en el Playoff. Si hubiera ganado, el Pucela se habría ido al descanso invernal en la cuarta posición. Pero, de momento, se tiene que conformar con cerrar el año en el medio de la tabla.