El Real Valladolid visita este domingo (Estadio de Montilivi, 20 horas) al Girona F.C., segundo clasificado de LaLiga 1I2I3 con 8 puntos más que el Pucela, fruto de ser un equipo casi inexpugnable en casa (junto al Levante U.D. y el C.D. Tenerife no ha perdido como local), donde sólo ha cedido 4 empates, con números reveladores: es el equipo más goleador, el que más chuta a puerta y el que más ocasiones crea. Todo ello sustentado en un jugo vertiginoso, vertical, directo y efectivo.
El Girona sigue utilizando como formación principal el 1-5-3-2 que tan buenos resultados le ha dado durante las últimas temporadas. Y, además, Pablo Machín ha buscado evolucionar y enriquecer posibles alternativas que dificulten la lectura de partidos de los rivales y durante muchos encuentros -e incluso cambiando durante el mismo encuentro- utilizando la formación 1-5-4-1, con 4 centrocampistas interiores formando un “cuadrado” donde dos jugadores realizan mas tareas defensivas y de destrucción y dos interiores son los encargados de proyectarse en ataque, además de los jugadores de banda (“carrileros”) y el punta de referencia, siempre de gran envergadura (Sandaza o Longo) que se mantienen en ambos “dibujos “ tácticos.
Más allá del dibujo, el Girona F.C. es un equipo muy rico en matices, muy trabajado y con las ideas muy claras sobre el terreno de juego de qué tiene que hacer, cuándo, cómo y dónde. En definitiva, el Girona lee e interpreta muy bien el fútbol, más allá de la calidad individual de sus futbolistas.
Dentro de esta “riqueza” del conjunto de Montilivi podrían señalarle aspectos como su determinación en la presión, intensidad en las marcas, fortaleza física, transiciones rápidas, gran capacidad en el juego aéreo con defensas centrales muy altos (entre ellos el exblanquivioleta Juanpe), dominador de un juego muy vertical y directo, con recursos para hacer daño al equipo contrario tanto por acumulación de jugadores como por insistencia. El Girona es un equipo que llega muchas veces al área rival, sobre todo por fuera, con carrileros de gran despliegue, y lo hace con muchos jugadores en posiciones de remate y de rechace.
A todo esto –y mucho más-, hay que sumar la gran capacidad del conjunto blanquirrojo catalán en acciones de balón parado ofensivas, tanto por la calidad de lanzamientos (con Granell y Borja García como principales especialistas), como por la gran cantidad de jugadores de gran envergadura (hasta 5 posibles rematadores por encima del 1,85 cm). Pero es que, además, el Girona es un ejemplo de creatividad en este tipo de acciones, con constantes maniobras de distracción y bloqueos que buscan facilitar todavía más la gran capacidad individual de este equipo en esta faceta del juego.
Curiosamente, en la primera vuelta, un Pucela en construcción ganó a un Girona en “rodaje” por 2-1 en dos acciones a balón parado: un remate de falta de Lichnovsky y un penalti generado por la velocidad y habilidad de Jose ante las espigadas torres de la zaga catalana, transformado por el exblanquirrojo Mata que, junto a Becerra, tendrán la ocasión de volver al que fue su estadio en las últimas temporadas.
Otra curiosidad: el Real Valladolid, por segunda semana consecutiva podría “enfrentarse” a su exjugador Mojica, que no fue convocado por el Rayo en la última jornada, y que este miércoles recaló en el Girona, que ha reforzado también la posición de carrilero con la llegada de Pablo Maffeo, procedente del Manchester City, y tras la salida de Saúl al R.C.D. Mallorca.
Finalmente, cabe destacar que, tal y como ocurrió en la última salida a Oviedo, el estado del terreno de juego volverá a jugar un papel relevante en el desarrollo del partido. El último encuentro en Montililvi, ante el Sevilla Atlético, se jugó bajo un diluvio en Girona, y el terreno de juego ha quedado en malas condiciones. Aunque los operarios de la entidad catalana están trabajando a marchas forzadas en su recuperación, no se espera que el césped de Montilivi esté en las mejores condiciones, ni mucho menos.
