Con la timidez ante el micrófono normal de un adolescente de 17 años, Miguel fue este miércoles el protagonista reclamado por los medios de comunicación desplazados hasta San Pedro de Alcántara para seguir de cerca la información del Real Valladolid en su estadía de pretemporada.
Su gol, su bonito gol ante el Besiktas, fue una gran carta de presentación del canterano –en el Real Valladolid desde la temporada 13/14, en categoría cadete- para el aficionado blanquivioleta, salvo para los seguidores incondicionales del Juvenil A y del Promesas, puesto que jugó con el filial los últimos partidos en Segunda B.
En esa tarjeta de presentación de Miguel de la Fuente (Tudela de Duero, 03-09-1999) pone “Delantero Centro”. Puro. Un “tanque”. Con hechuras de “9”. Fuerte y con gol. Un killer del área. A punto de cumplir los 18 años, tiene toda una vida y una carrera profesional por delante.
De momento, la nueva dirección deportiva apostó por él para que comenzara la pretemporada con el primer equipo y, con humildad y trabajo, quiere llamar a la puerta del piso de arriba, aunque tiene claro que su equipo es el Juvenil A.
“Sabía que iba a contar con minutos en alguno de los tres partidos de esta concentración y fue ante el Besiktas. Estoy muy contento. Cuando saltas al campo, el rival es lo de menos. La oportunidad está ahí y hay que ir a por todas. Yo tengo claro que mi equipo es el juvenil, en todo caso el filial. Todo lo que sea subir, fenomenal; si tengo oportunidades más arriba, pues intentaré aprovecharlas”, dice.
Estudiante de segundo de bachillerato en el Instituto de Tudela de Duero, Miguel, Miguelín como también le conocen sus compañeros, es uno de los canteranos del Pucela que sueña despierto con jugar en el Real Valladolid. Ojalá su sueño se haga realidad.