Las malas rachas, tarde o temprano, acaban quebrándose. Cuando ocurre, la frustración muda en confianza, en alegría, en alas... Mismamente lo que anhela un Real Valladolid que, tras los últimos resultados cosechados y la negación de cara a portería, tiene una nueva reválida en ciernes. Según comentó en rueda de prensa su técnico, Sergio González, la visita de este sábado al RCDE Stadium (13,00 horas) para medirse a un “compacto” RCD Espanyol de Barcelona debe servir de “golpe de efecto”, siempre y cuando, avisó, el equipo redunde en la fortaleza grupal.
“Tenemos que olvidarnos de esa presión externa. Necesitamos ya celebrar ese gol que nos libere. Toca estar todos juntos. Todos a una”, espetó el preparador del Real Valladolid, quien se mostró contento con el desempeño de sus jugadores en lo que a la producción ofensiva se refiere, aunque no ocultó que les falta “estar más afinados; tener más eficacia y acierto”.
En este sentido, puso de ejemplo el partido del fin de semana ante el Real Betis Balompié (0-2). “Generamos llegadas y situaciones de gol. Se nos puede achacar falta de puntería, pero no de no intentarlo”, anotó Sergio tras aclarar que los tres puntos en juego ante el conjunto catalán cobran más relevancia dada la derrota infligida por el cuadro verdiblanco en Zorrilla.
“Es un partido complicado, pero es un buen día para dar un golpe de efecto. El equipo está en buena sintonía y con ganas de hacer cosas, de reivindicarse. Lo mismo tenemos que dejar un poco de lado el buen fútbol y buscar más el resultado. Queremos hacer un partido completo y a ver si el fútbol nos acompaña de una vez y sacamos un buen resultado”, agregó Sergio González.
No será una misión sencilla. Enfrente se hallarán con un adversario (decimocuarto con 30 puntos) que también anda necesitado de victorias a pesar de que acumule cuatro jornadas sin conocer la derrota (3 empates y 1 triunfo). “Son un buen equipo que también tiene ganas de reivindicarse. Tienen mucha movilidad entre líneas y posesión. Cada entrenador (en este caso Rubí) es fiel a su estilo, aunque últimamente ha cambiado y sus extremos no están tan abiertos. Con balón apuestan más por un 3-4-2-1. Es un equipo fuerte y compacto, sobre todo en su campo, que nos va a exigir nuestra mejor versión”, desmenuzó Sergio al respecto del bloque perico.
Un club en el que militó como jugador y al que también entrenó antes de recalar a orillas del Pisuerga. De ahí que asumiese que será “especial y bonito” por el hecho de regresar a la que ha sido su “casa”, aunque matizó: “Una vez comience el partido se deja todo de lado. Mi paso por allí y mi cese queda lejos y el Real Valladolid ha ocupado ese vacío”.
Por último, comentó que el central Fernando Calero es duda dada una gastroenteritis.