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4-0: El Pucela saca pecho

El conjunto blanquivioleta superó con claridad al Deportivo y sumó su primera victoria en Zorrilla

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El Real Valladolid espantó de una tacada todos los fantasmas acumulados desde que arrancó la temporada. Consiguió la primera victoria de la Liga en Zorrilla y brindó un triunfo a una afición que no veía ganar a su equipo desde el pasado 15 de marzo. Pero, además, sumó en su haber muchas más cosas positivas: dejó su puerta virgen por primera vez, coincidiendo con la entrada de Justo Villar por Jacobo, y logró una goleada que el Pucela no firmaba en Zorrilla desde la temporada 06/07 y en Primera desde hace 12 años (97/98).

Este domingo era el día del Pucela. Sencillamente, le salió todo, y al Deportivo nada de nada. Desde luego, no fue el mejor partido del Pucela en los últimos años, ni mucho menos, pero sí encontró una eficacia que hacía lustros que no se veía por Zorrilla. Y esta tarde el Deportivo tenía la negra porque dos de los goles encajados nacieron de errores clamorosos -el segundo de un resbalón y el tercero de una mala cesión- y dispuso de ocasiones para haber marcado un par de tantos como mínimo. Pero hoy era el día del Pucela, no del Dépor.

Pronto se vio que esta tarde el Pucela iba a ganar. En los minutos 8 y 12, Riki ya había fallado dos remates claros para adelantar al Dépor. Pintaba mal, pero el primer gol de Nauzet, tras un pase magistral de Canobbio, dejó las cosas claras en el minuto 19.

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Nauzet es ya el máximo goleador del equipo, con cuatro tantos.

El tanto de Nauzet dio aplomo al Pucela, pero el Deportivo nunca perdió la cara al partido. En esta primera parte, entre Filipe Luis y Guardado, probablemente la mejor banda izquierda de la Liga, pusieron muchas veces a prueba a la zaga vallisoletana, que logró capear el temporal con un gran trabajo de todo el equipo, en especial, lógicamente, de Borja y Álvaro Rubio, que dirigían la orquesta defensiva.

Al borde del descanso, Canobbio, que tuvo algunos detalles futbolísticos para enmarcar, estuvo a punto de marcar el segundo gol, pero Aranzubía le saco un remate asesino junto al palo.

No obstante, el 2-0 no tardó. No se había cumplido el primer minuto de la segunda parte cuando un resbalón de Lopo culminó una buena jugada vallisoletana por la banda izquierda y dejó en bandeja el gol para Nauzet, que recortó a Colotto y fusiló su segundo tanto, como el anterior, con la pierna izquierda.

Fallo de Juan Rodríguez
Todo se le ponía de cara al Real Valladolid. La victoria estaba cerca y se confirmó definitivamente que iba a llegar en el minuto 50, cuando la enésima internada de Filipe Luis y su centro lo remató Juan Rodríguez completamente solo al palo. Tras tocar en la madera, el balón, con suspense, salió fuera. Si había alguna duda, este domingo, el Pucela estaba bendecido.

En la última media hora, el Deportivo no arrojó la toalla y siguió empujando y empujando, pero el Real Valladolid jugó con mucha inteligencia, esperando su oportunidad a la contra. Diego Costa tuvo varias arrancadas de las suyas, pero todas se fueron al limbo, hasta que en el minuto 76, acertó a fusilar a Aranzubía, tras un grave error de Manuel Pablo, que propició la dejada para el brasileño, que no perdonó la ocasión brindada por la defensa canario.

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El público hizo la ola en Zorrilla.

Con el 3-0, Zorrilla fue una fiesta. Ya no había congoja con cada internada del Deportivo, sólo satisfacción a raudales. El público hizo la ola, jaleó la entrada de Manucho, que correspondió con un disparo al palo en el minuto 81, y entró en éxtasis con un gol de bandera anotado por Haris, que con cuatro minutos en el campo firmó una obra de arte: inició la jugada en banda derecha y tras una pared con Manucho recibió el balón en la frontal, levantó la cabeza, paró el tiempo como en Matrix y se inventó un remate genial, colocando sutilmente el cuero en la escuadra. Lástima que los aficionados al fútbol ya no lleven pañuelos. El gol de Haris era de orejas y rabo.

Al final, 4-0. Fiesta en Zorrilla. Respiro para el Real Valladolid y fe para seguir trabajando por el camino que encontró el día del Athletic. El Pucela empieza a creer en lo que hace y sabe lo que ha hecho mal hasta ahora. No encajar este domingo es el principio de la recuperación, más que meter cuatro goles. El siguiente paso para levantarse puede ser en Barcelona.

Fotografías (César Minguela). En Portada, Haris, sin camiseta, celebra su gol. Arriba: Diego Costa es felicitado por sus compañeros.