Dentro del ciclo de conferencias organizadas por el club, Borja Fernández saltó este lunes a la palestra para ofrecer su visión sobre el fútbol y la formación de nuevos jugadores ante algunos de los padres de los futbolistas de la cantera blanquivioleta. Lamentó el vértice resultadista del deporte rey y vertió una gran importancia sobre la labor formativa basada en valores. Para hacerlo dio ejemplos de personas influyentes en su carrera como su primer entrenador en su primer equipo, el Pabellón, o Vicente Del Bosque, quien le reclutase para las categorías inferiores del Real Madrid.
Ocurrió durante una charla acaecida en el salón de actos de la Residencia de Jóvenes Jugadores y ante una treintena de padres y madres de futbolistas de la cantera. Borja, acompañado por Javi Torres Gómez, responsable del departamento de Ciencias del Deporte del club; y David Rincón, responsable del departamento de Psicología del club, hilvanó, en primer lugar, retales de su dilatada trayectoria, jalonada en una gran cantidad de equipos a los que llegó fruto de su afán por nutrirse de experiencias.
“Hago lo que siempre he querido hacer. Mi trabajo es un hobby y me ha permitido vivir muchas experiencias, tanto buenas como malas, que al final son todas nuevas. Muchos de mis mejores amigos no tienen ni idea de fútbol y otro son jugadores. Lo que menos me gusta del fútbol es lo resultadista que es y cómo la gente paga sus frustraciones, o en el campo o con la familia”, apuntó.
En este sentido, remarcó la importancia del deporte y del fútbol en particular para educar en valores al margen de la fijación en los resultados. “No se riñe competir con formar, pero tendemos demasiado hacia el resultado y para mi lo más importante es formar en valores”, dijo.
De hecho, detalló que dos de las personas más importantes en su carrera deportiva fueron las que le mostraron “por qué camino ir” con los valores como brújula. “Mi primer entrenador en el Pabellón nos hacía ir con una redacción para poder jugar o nos obligaba a dar siempre un buenos días. Con Del Bosque en el Real Madrid eran detallitos, pero nos educaba más allá del fútbol. Nos decía las cosas cómo tenía que decirlas”, añadió.
Formadores antes que entrenadores, una faceta que siempre le ha seducido, puesto que confesó que, de no haber sido futbolista, podría haber acabado como profesor. De ahí que redundase en la mayúscula importancia de los estudios dado “lo complicado” que es llegar a la élite. “Un porcentaje muy alto no lo hace. Los niños tienen que saberlo y ser conscientes de que con una buena formación no se les cierran vías. Tengo amigos que estando en el Real Madrid se sacaron la carrera de Derecho. Los estudios son lo primero”, dijo.
El comportamiento de los padres
A renglón seguido ilustró el papel determinante del comportamiento de los padres cuando acuden a ver y apoyar a sus hijos. Lo hizo, de nuevo, con ejemplos personales que, según reflejó, resultaron ciertamente relevantes en su formación.
“A mi padre le gustaba e iba. A mi madre no tanto, pero siempre que iban era para disfrutar y estar apartados sin participar en eso de si mi hijo juega o no. Los padres de otros compañeros eran muy forofos y los míos no. Un día mi padre me dijo que había dado dos entradas que no le habían gustado. Me dio a entender que le dio vergüenza”, explicó.
Borja elogió cómo sus padres procuraron involucrarse lo menos posible en su desarrollo como futbolista y recordó a padres de compañeros con los que coincidió en la cantera madridista y que, según relató, “no se comportaban”. “No han podido llegar al nivel porque en momentos determinados no han podido con esa presión”, indicó.
El medio centro del Real Valladolid también comentó, además, cómo los padres pueden ayudar a sus hijos con el entrenamiento invisible (alimentación y descanso) y dejar los matices técnico-tácticos a los entrenadores, así como cómo entiende la figura del representante o cuál es su relación con los futbolistas más jóvenes del plantel blanquivioleta.
La conferencia se dilató por cerca de una hora y cuarto.