Amallah, tras marcar su segundo en su primera titularidad con el Real Valladolid, analiza sus sensaciones y muestra seguridad en el equipo para lograr la permanencia
Selim Amallah sigue creciendo como jugador del Real Valladolid. Tras su segundo gol, en la que fue su primer titularidad con el equipo, la del pasado sábado en Villarreal, el jugador belga con orígenes marroquíes ha analizado en rueda de prensa el momento por el que atraviesa, lo a gusto que se siente en la ciudad, y el valor del equipo para lograr el objetivo de la permanencia.
"Me siento estupendamente" dijo el futbolista, una vez recuperado tras el Mundial y su lesión. Cumpliendo su sueño de "jugar en España, es el fútbol que amo y me encanta jugar en LaLiga", Amallah subrayó que va acumulando minutos para poder estar en las mejores condiciones, considerando que el Ramadán, ya en su tramo final, implica un poco de fatiga. Además, dijo disfrutar de la posición en la que está jugando, detrás de los delanterios, donde se siente cómodo ya que es "mi posición de formación, mi preferida, estar entre las líneas del rival y buscar los espacios".
Fue cuestionado el atacante sobre el cambio de entrenador, ante lo que indicó que "no hemos de olvidar el excelente trabajo de Pacheta" al tiempo que ensalzó que Pezzolano "nos empuja a ir más a por el rival, avanzar líneas y presionar". Sobre los árbitros, consideró con buen humor que "son muy severos" y debe "trabajar ese punto, tenerlo en cuenta".
Amallah, quien participó en el gol de El Yamiq, bromeó sobre su compatriota diciendo que "está loco, puede salir con algunas cosas que nadie puede esperar". Y abordó la situación clasificatoria, una "lucha entre varios equipos que hace que una victoria o una derrota te ubique arriba o abajo", pero siempre con la seguridad de que "tenemos un buen equipo para mantenernos en Primera División". Para empezar, este sábado ante el Girona, un "partido sumamente importante" para el que se cuenta "con el empuje del público, que está con nosotros".
Por último, el jugador nacido en Hautrage, Bélgica, se mostró feliz y muy a gusto en Valladolid, y compartió sus progresos con el castellano, idioma que "voy entendiendo, aunque para hablarlo es un poco más complicado, pero avanzamos".