Es difícil destacar lo mejor del año porque lo mejor del año ha sido todo. El curso en la Escuela de Fútbol del Real Valladolid terminó ayer y padres, alumnos, monitores y todos aquellos que durante la temporada han colaborado en el proyecto coincidieron en la satifacción por el gran trabajo realizado.
Tras un año lleno de grandes experiencias, el curso merecía un cierre por todo lo alto. Así es como comenzó la jornada de este sábado, a lo grande. La primera parada de la mañana se realizó sobre el césped del estadio José Zorrilla, donde los jugadores del primer equipo del Real Valladolid aguardaban a los alumnos de la Escuela para hacerse una foto todos juntos.
Tras posar con las estrellas, los chavales subieron a los Anexos donde les esperaba un reto muy particular: jugar en partidillos a medio campo mezclados con sus familiares, con sus monitores o contra los Veteranos del Real Valladolid.
Con un sol abrasador cayendo sobre los aledaños al estadio, los niños de la Escuela ganaron la partida a los mayores, quizás no en resultados, pero sí en extra de energía, y es que los pequeños no sienten cansancio cuando se lo pasan bien.
Concluidos los mini-encuentros, llegó la hora del reconocimiento al trabajo bien hecho durante la temporada. Con la presencia de varios Veteranos del Real Valladolid -Juan Carlos, Pablo Gila, Torres Gómez y Rodri- se hizo entrega a los alumnos del diploma que acredita haber superado con éxito el curso 2014/2015. Además se llevaron de regalo un pequeño estuche con varias bolsas de snacks.
También hubo un homenaje al director de la Fundación Real Valladolid y de la Escuela, Alberto Marcos Rey, quien no se lo esperaba. Los niños hicieron entrega al eterno capitán blanquivioleta de un cuaderno lleno de dedicatorias escritas por ellos mismos. También los monitores le entregaron varios regalos como gratitud por el gran año compartido y reconocimiento por un proyecto educativo y social de gran calidad que aspira a crecer en años venideros.
Tras una mañana de intensas emociones, llegó el momento de reponer fuerzas y todos los participantes disfrutaron de una paellada gratuita que puso el broche de oro a la jornada.
Desde la Escuela de Fútbol del Real Valladolid se quiere dar las gracias a todos los padres por el gran compromiso que han demostrado a lo largo del año; a los niños por su excelente comportamiento; a los monitores por su inmejorable trabajo y gran profesionalidad; a las voluntarias que han cuidado de los niños en el estadio en los días de partido; a los árbitros de la Escuela de Formación de la Federación de Fútbol de Castilla y León por su colaboraración durante todo el año y a todos aquellos que, de uno u otro modo, han aportado su granito de arena para hacer de este un año inolvidable.
Los proyectos formativos de la Fundación Real Valladolid siguen durante la temporada estival con el Campus de Verano al que ya se pueden inscribir todos aquellos niños que lo deseen, al igual que en el próximo curso de la Escuela de Fútbol que empezará en septiembre. ¡Feliz verano y hasta pronto!
