No estaba el horno para bollos en los Anexos. Las caras de los jugadores lo decían todo. Aún escocía, lo hará durante un tiempo, la derrota cosechada en el Calderón después de merecer incluso la victoria. Es la misma historia que la de los primeros encuentros ligueros. El equipo juega un partidazo, es superior al rival, provoca los silbidos de la afición local allá por donde va. Pero se queda sin recompensa.
Por eso los jugadores prefieren hacer una lectura optimista. "Es una faena perder así, se te queda cara de tonto", decía Sisi a la salida del entrenamiento. El internacional sub 21 volvió a la titularidad tras el paréntesis ante el Levante y, a pesar del duro golpe recibido en el estadio colchonero, insistía en las virtudes del Real Valladolid. "Prefiero perder así que de otra manera. Por lo menos demostramos merecer al menos tanto como ellos". La suerte esquivó al Pucela en el minuto 92 debido a un gol en propia puerta de Pedro López. Un golpe de mala fortuna que no es la primera vez que sucede esta misma temporada.
Este martes habrá día de descanso y el miércoles ya será el momento de olvidar en cierta medida lo ocurrido ante el Atlético de Madrid. El domingo visita Zorrilla el Villarreal, un hueso muy duro de roer, y será necesario volver a demostrar que el Real Valladolid es capaz de vencer a cualquier rival.
Al menos, ya que no hay puntos en la buchaca para consolarse, queda la sensación de que los de Mendilibar han recobrado el espíritu que forma su esencia. Desde Pamplona, el Real Valladolid ha vuelto a ser el que era y si continúa en la misma línea la suerte se vestirá de blanquivioleta. Que ya toca.
Fotografía (Jonathan González): Sesma se lamenta de una ocasión fallada durante el encuentro ante el Barcelona.