Los alumnos de la Escuela de fútbol del Real Valladolid disfrutaron de la mañana del sábado jugando un mini-mundialito y tomándose un chocolate con churros como premio a su esfuerzo
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Los alumnos de la Escuela disfrutaron hoy de una jornada diferente. Un cambio de ritmo para coger fuerzas y ánimos antes de que dé comienzo el segundo torneo interno de la temporada.
La mañana empezó, como estaba previsto, con un mundialito. Una pequeña competición que se disputó enteramente en el día. Los partidos de 3x3 se jugaron en minicampos de fútbol durante 3 minutos cada uno. Los ganadores se mantenían en la categoría, los que perdían descendían.
Tras una fase clasificatoria, los dos mejores equipos del grupo de mayores y los dos mejores del grupo de pequeños + chupetines jugaron sendas finales para decidir el ganador.
La final de pequeños estuvo marcada por la gran cantidad de goles que se anotaron durante el partido, que finalmente acabó en empate. En los penaltis, los protagonistas fueron los porteros que se lucieron con espectaculares paradas.
Los mayores no se quedaron atrás y sus tres minutos de partido dieron de sobra para lucir sus habilidades. Aunque en este caso el resultado fue más claro y el ganador se decidió por un 2 a 0. Mientras tanto, los que no se habían clasificado para el encuentro decisivo animaron a sus compañeros sentados alrededor del campo.
El mundialito copó la mañana y ya no hubo tiempo para la gymkhana que estaba prevista, pero es que, sin duda, lo que quieren los peques es fútbol y así lo demostraron. Lo que no perdonaron los alumnos de la Escuela fue la chocolatada y los churros. Deliciosa manera de cargar las pilas en compañía de buenos amigos.
El próximo sábado empezará el nuevo torneo interno de la Escuela. Un nuevo paso para seguir jugando, aprendiendo y disfrutando con el bello deporte del fútbol.