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0-1: El Pucela se desarma ante un Racing poderoso

Un gol en el minuto 86 de Duscher reflejó en el marcador la superioridad cántabra

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Nada que objetar. Esta vez, ganó el mejor, el Racing. Sabido es que la suerte no es compañero de viaje del Real Valladolid esta temporada y que en muchas ocasiones ha sido superior al contrario y no ha ganado, pero siempre que ha sido inferior a su enemigo lo ha pagado con la derrota.

Esta tarde el Racing fue claramente superior al Real Valladolid. En la primera parte, el equipo cántabro, con ausencias importantes en su alineación titular, se dedicó a contener los ataques de un equipo vallisoletano que se encontró casi siempre atascado en su juego y que sólo fue capaz de fabricar una ocasión clara de gol que desbarató Toño a los pies de Llorente.

Pero el último cuarto de hora de la primera parte ya fue un aviso de lo que podía suceder en la segunda, porque se pasó de un partido igualado, sin claro dominador pero con más posesión local, a un encuentro en el que el Racing iba imponiendo su fútbol, de toque más preciso, de mayor empuje físico y de más orden táctico.

Las malas sensaciones que dejó en la grada el sprint final de la primera parte cuajaron en una cruda realidad en la segunda. El Racing salió a por el partido y desarmó al Real Valladolid. Lo dejó sin argumentos para atacar y tuvo que sacar coraje para parar el aluvión que se le vino encima.

El Racing fue siempre a más. Si en la salida de la segunda parte ya se hizo con el dominio, además la entrada en el campo de Tchité y Colsa acabó por inclinar la balanza a su favor. El partido se convirtió en un monólogo racinguista. Y las ocasiones llegaron. Tuvieron el gol César Navas y Colsa en cabezazos que no entraron de milagro y en un par de disparos envenenados de Jorge López, y acabó marcando Duscher en un remate afortunado que se convirtió en un tiro imparable para Asenjo.

Antes del gol, Mendilibar había intentando frenar la avalancha con la entrada de Baraja por delante de los centrales en una labor de contención, pero no se pudo evitar lo que pareció inevitable.

Ocasión de Vivar Dorado
Como antes del gol el Racing había fallado muchas ocasiones siempre cabía la esperanza de que aquello de que "el que perdona acaba perdiendo" se hiciera realidad. Y lo cierto es que el Real Valladolid tuvo su oportunidad. Vivar Dorado, que entró por Víctor en el comienzo de la segunda mitad, pudo cambiar el curso de la historia, pero falló. Dos minutos antes del gol, Llorente forzó la máquina en un balón en profundidad y consiguió sacar un mano a mano ante Toño; su disparo, al límite, pegó en el guardameta y el balón salió rebotado hasta donde estaba Vivar Dorado, quien empaló el balón muy arriba y el tiro se fue por encima del larguero, con Toño totalmente batido.

Como el disparo de Vivar se fue alto y la historia no cambió su curso, ésta siguió como estaba escrita, como la estaba escribiendo el Racing, y acabó con la claudicación blanquivioleta.

Fotografía de portada (César Minguela): Asenjo, desolado tras encajar el gol de Duscher.

Fotografía superior (Gonzalo Martín): Sesma trata de marcharse por la banda izquierda.