El Real Valladolid se reencontró este domingo con el Almería cuando más lo necesitaba. Venció por 1-0 gracias a un solitario gol de Manucho en el minuto 6 y se coloca con 30 puntos, fuera de la zona de descenso a expensas de lo que puedan sumar el Getafe en Valencia y el Osasuna en Pamplona ante la Real Sociedad.
En cualquier caso, el triunfo blanquivioleta supone toda una bocanada de aire revitalizador que debe servir para dar confianza al equipo en los siete partidos que faltan para finalizar la Liga, el primero de los cuales llegará el próximo domingo, a partir de las 21 horas, ante el Valencia C.F.
La victoria del Pucela fue tan justa como sufrida por la incertidumbre del marcador, porque a pesar de que Manucho le puso por delante muy pronto, el partido estuvo vivo hasta el final porque los vallisoletanos no consiguieron rematar el partido en el último cuarto de hora, cuando el Almería se quedó con diez futbolistas sobre el campo por la expulsión del central Torsiglieri por doble amonestación (min. 75) y el partido se convirtió en un correcalles en el que el aparecieron todas las ocasiones que no habían llegado ante la portería de Esteban.
Como en ese tramo final el Pucela no atinó a cerrar el encuentro con el segundo gol, el Almería no tiró la toalla, aunque la realidad es que ni antes ni después de la expulsión había dado la sensación de tener las ideas claras de poder dar la vuelta al choque. Solo en el minuto 55 dispuso de una buena ocasión el conjunto andaluz, que envió fuera Aleix Vidal.
Sin duda, más allá de los nervios finales, el balance global dejó un claro ganador en el Real Valladolid, que este domingo, sin estar sobresaliente, dejó constancia de que tiene argumentos para aferrarse a la Primera división en su sprint final.