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1-1: Punto de sutura

El Real Valladolid firma las tablas en Santander en un partido poco brillante en el que se recuperó la solvencia defensiva

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Había que pescar en El Sardinero. Por lo civil o por lo criminal. Y el Pucela lo hizo. Con sufrimiento y sin brillantez. Pero con una recuperada solvencia defensiva que neutralizó la mayor posesión racinguista y que sirvió para hacer valer el gol en propia puerta que Pinillos materializó en la primera parte.

La principal novedad en la alineación, como ya lo fuera en la convocatoria, fue la presencia de Carlos Lázaro. El olmedano formó el doble pivote junto a Baraja, con Borja escorado hacia la derecha y Medunjanin en la media punta. La intención de Mendilibar parecía clara, fortalecer el centro del campo y conseguir una mayor solidez defensiva que la demostrada en el último encuentro ante el Atlético de Madrid. La apuesta salió bien, el chaval no se arrugó y todos los jugadores se multiplicaron solidariamente en labores defensivas. Arriba, Diego Costa y Medunjanin, con total libertad, trataban de buscarle las cosquillas a la sólida defensa racinguista.

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Fotografía (Efe): Carlos Lázaro, en el centro del imagen, acude a celebrar el gol vallisoletano con Haris y Pedro López.

Enfrente Canales demostraba un fin de semana más que va para estrella y protagonizaba todo el peligro local. El cántabro tuvo una buena ocasión nada más iniciarse el encuentro, pero Justo Villar respondió a la perfección. Fue la única ocasión realmente clara de los locales en todo el partido aparte del tanto que llegaría en la segunda mitad. Y es que los cancerberos fueron prácticamente espectadores de lujo.

Desde los primeros compases se pudo comprobar que la igualdad iba a ser la tónica dominante. El Racing tenía más la pelota, pero el Pucela estaba muy serio y buscaba sorprender a la contra. El gol blanquivioleta, conseguido en propia puerta por Pinillos tras un saque de esquina botado por Medunjanin, acentuó más esa tendencia. Tranquilidad en los de Mendilibar, mientras el Racing buscaba sin éxito una vía de agua en el buen entramado defensivo blanquivioleta. El balón tenía color únicamente verdiblanco, pero no ponían en apuros a Justo Villar. Así se llegó al descanso, con una renta mínima y la sensación de que iba a haber que sufrir para mantener el resultado.


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Fotografía (Efe): Canales estuvo opaco, como el partido, pero dejó un destello de magia en el gol del Racing.

Y así fue. El Pucela seguía sin hacer ruido en ataque y el Racing, aunque no era capaz de crear demasiado peligro, seguía siendo el dueño y señor del balón. Eso implicaba que podía llegar el empate en cualquier jugada aislada y el Racing dio su oportunidad al talento. Munitis, que se soltó un partidazo, entregó un pase interior para Canales, que controló con la izquierda dentro del área y superó la salida de Justo Villar con una preciosa vaselina con la derecha.

Quedaba media hora para el final y los de Mendilibar aguantaron el chaparrón con orden y seguridad. Diego Costa y Medunjanin estaban desaparecidos y el balón no duraba mucho en los pies de los visitantes, pese a lo que no sufrieron en exceso y fueron capaces de mantener un empate que da oxígeno antes de la visita del Barcelona.

Lo mejor del partido, aparte del debut de un valiente y acertado Carlos Lázaro y de la recuperación de las buenas sensaciones defensivas, fue lograr puntuar en un campo que últimamente se daba muy mal. El Pucela sigue fuera de la zona de descenso y ya piensa sólo en la visita del Barcelona de las seis copas.

Fotografía de portada (Efe): Diop y Borja luchan por un balón dividido. Fotografía superior: Óscar Serrano puso en más de un aprieto a Pedro López por la banda izquierda del ataque cántabro.