No sentado, pero sólo con estar atento a lo que pasaba en Zorrilla, Osasuna se llevó los tres puntos de Valladolid en un partido triste, marcado por los fallos. Los de unos, los de los otros, y los del colegiado, que se apuntó a la fiesta, con decisiones más o menos cuestionables, pero con una actitud poco profesional que sacó de sus casillas a jugadores y público, y sobre la que debería reflexionar, como deberá reflexionar el Pucela para encontrar la forma de arrancar con solvencia su maquinaria.
El Real Valladolid cometió al menos un error más que su rival y por ello perdió. El primero en el minuto 25, cuando en la primera arrancada de Osasuna, Pandiani, desde muy lejos, vio a Jacobo fuera de la portería y soltó un tremendo disparo que el arquero ya no pudo detener. Metió las manos, pero no evitó el gol de Osasuna. Demasiado fácil para el equipo navarro, que había salido tímido a Zorrilla, sin pedir guerra, y se encontró con el 0-1.
Y Osasuna siguió esperando a ver qué pasaba y lo que pasó fue que en el minuto 40 Aranda se metió entre los dos centrales y Luis Prieto lo derribó. Ahí comenzó el otro recital de errores, el del colegiado Paradas Romero, que a pesar de que el delantero estaba muy lejos de la portería y tenía a medio metro a César Arzo, consideró que el central vasco había abortado una ocasión clara de gol y lo mandó a la caseta.
De fútbol, lo que se dice fútbol, había pocas noticias. Pases incompletos, faltas, pérdidas de tiempo exasperantes que el árbitro no solo permitía, sino que propiciaba retrasando él mismo la reanudación del partido tras cualquier interrupción. Un fiasco de partido en toda regla.
El encuentro iba camino de ser infumable cuando apareció Diego Costa, que dejó a Manucho en la caseta. Con la aparición del brasileño la luz volvió a Zorrilla. Empató en una jugada individual plena de potencia, también con la colaboración involuntaria de Josetxo, que tocó el balón en su intentó de enviar a córner el tiro del delantero vallisoletano y despistó a Ricardo, que nada pudo hacer para evitar el empate.
Con el 1-1 y el Real Valladolid con 10 jugadores, el partido entró en una fase en la que sólo la incertidumbre del marcador tuvo interés. Sin nada que llevarse a la boca, el tiempo pasó hasta que Miguel Flaño botó una falta desde la frontal de su área, Nivaldo midió mal en el salto, cabeceó para atrás, el balón tropezó en Arzo y quedó muerto para que Galán, que había salido en ese mismo instante, marcara. Salir y besar el santo para poner el 1-2 en el marcador.
En los últimos minutos, con el Real Valladolid ya sin fuerzas ni recursos para poner en aprietos a Ricardo, lo intentó a balón parado en un remate de Nivaldo que se fue alto. Antes, a Diego Costa lo habían cazado en el centro del campo para que su arrancada no llegara a Ricardo.
Para culminar el mal partido, en el minuto 81 el árbitro expulsó a César Arzo por "dar un codazo", según el acta, a Galán. El Real Valladolid se quedó con nueve por lo que además de perder tres puntos, pierde a sus dos centrales titulares en los últimos encuentros.
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Fotografías (Gonzalo Martín).
