Que un equipo marque cinco goles en un mismo partido ya no pasa ni en la PlayStation. Y si la manita la encaja el Villarreal pues ya suena increíble. E increíble fue la exhibición que soltó esta noche en El Madrigal el Real Valladolid en la segunda parte, en la que hizo trizas a un gran equipo como el submarino amarillo, por muchas bajas que tuviera, que las tenía por los compromisos de sus internacionales.
Más allá de los cinco goles anotados por el Real Valladolid, que bien pudieron ser más, llamó poderosamente la atención la exhibición de juego blanquivioleta, que por momentos parecía un gato jugando con un ratón al que se iba a zampar cuando y como quisiera.
Si en la primera parte el Villarreal, que marcó con un gol de chiripa en el minuto 24 a la salida de un córner (la falta lateral superó a Baraja y tropezó con la rodilla del central Kiko para convertir el rechace en un gol imparable ajustado al palo), había superado al Pucela en varias fases, consiguiendo encerrar a los vallisoletanos en su área y disponiendo de buenas ocasiones para marcar por medio de Pires, Javi Venta y Llorente, en la segunda no hubo color, hasta el punto de que los cinco goles fueron el reflejo de la diferencia que hubo entre ambos equipos. Así, como suena.
Justo antes del descanso, Goitom, al que sólo le faltó la guinda del gol para enmarcar su partido (disparó al palo y falló a puerta vacía tras asistencia de Medunjanin), ya avisó con un trallazo que el portero Diego López sacó de la misma escuadra. El delantero sueco saltó al campo en el minuto 33 por Escudero, que notó unas molestias musculares que aconsejaron su tempranero cambio.
Goles y buen juego
Pitar el colegiado el comienzo de la segunda mitad y remontar el marcador fue todo uno. Kike empató a pase de Aguirre (1-1, min. 47) y Medunjanin se recreó en una jugada personal para poner la primera ventaja (1-2, min. 48).
La exhibición siguió con un juego poco habitual en el Valladolid. Los blanquivioleta se gustaron, tiraron el mono y se pusieron el frac: pases letales, paredes, cambios de orientación al primer toque, apoyos constantes, desdoblamientos, buenas elecciones...
Fotografía de portada (Juan Martí - El Mundo de Castellón): Álvaro Rubio se empleó en tareas defensivas y liberó de trabajo a Mendunjanin, que pudo brillar en la organización del juego.
En medio del tiqui taca, Aguirre puso el tercero (1-3, min. 62) y en pleno festival, Medunjanin, en estado de gracia, firmó el cuarto con una finalización extraordinaria una jugada alucinante (1-4, min. 63). El holandés regaló otro gol a Goitom, que falló a puerta vacía en el minuto 65. Fueron unos minutos de ensueño.
Y Víctor, que había salido en el minuto 63 y que ya había dejado destellos de su clase, cerró la manita al ejecutar con su habitual maestría un penalti cometido sobre Óscar Sánchez (1-5, min. 79).
Tras esta victoria, que sólo sirve que para poner de manifiesto que el trabajo realizado por Mendilibar y sus chicos en esta pretemporada está siendo correcto, ni más ni menos, el Pucela se pone el listón muy alto para presentarse este sábado 23, a partir de las 20,30 horas, ante el Athletic Club.
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Fotografías (Juan Martí - El Mundo de Castellón): En Portada: Goitom, en la imagen marcado por Fuentes, trajo en jaque a la defensa del Villarreal. Arriba: Llorente presiona la salida del balón de Luis Prieto.