A tumba abierta

Sacar adelante un partido tan alocado como el del Real Valladolid Promesas contra el Polvorín FC sirvió al filial blanquivioleta para avanzar en su camino. Aunque la senda de este sábado fue más complicada de lo que al descanso Julio Baptista pensaba. “Uno siempre se siente contento cuando gana. Sabíamos que iba a ser un partido abierto y teníamos entrenado salir como en los últimos partidos, pero no estuvimos bien y en los primeros 20 minutos no me gustó”, expresó tras un encuentro a tumba abierta.

Y es que tras el descanso, al que llegó 4-1, todo cambió para fastidio del Promesas. “Era un momento para seguir como terminamos la primera parte. Seguir apretando, jugar hacia delante… E hicimos todo lo contrario, con pases hacia atrás y permitiendo que el rival nos presionara. El partido se vuelve para ellos en esa desconexión de 15 minutos y ellos tenían mucha energía. Conseguimos marcar el 5-3, que nos dio tranquilidad, pero ellos seguían peleando e incomodándonos. No estoy contento con los primeros veinte minutos ni con la segunda parte”, explicó.

Durante el segundo tiempo transmitió, por medio de Aceves, “instrucciones para ordenar al equipo”, ya que perdió la sabrosa ventaja obtenida en el primero. “Preveíamos y queríamos un partido abierto porque ellos sufren en su área. Tenemos jugadores que transitan bien al espacio y era perfecto para nosotros. Sabemos jugar al dominio y también defender y salir. Esto nos permite tener varios registros en un mismo partido”, analizó.

El partido de este sábado fue la mayor muestra de que “en el fútbol no te puedes relajar”, puesto que cada equipo golpeó al otro aprovechando algunas desconexiones. Pero el Promesas salió victorioso y sumó su segundo triunfo consecutivo, lo que le coloca con 36 puntos. “Hay que mirar partido a partido. En esta categoría es muy difícil enlazar tres o cuatro victorias. Lo más importante es salir con el objetivo de ganar y controlar los partidos”, finalizó.