Vladimir Manchev y Marcos Sebastián Aguirre llegaron de la mano en el mercado de invierno y este domingo disfrutaron de sus primeros minutos con la elástica blanquivioleta. Zorrilla ya conocía al búlgaro de su primera etapa en el equipo la pasada temporada, mientras que este domingo fue testigo de la primera aparición de Aguirre tras saltar el charco.
Ambos jugadores coincidieron en mostrarse satisfechos en lo personal pero disgustados por el resultado final del encuentro. El empate no dejó buen sabor de boca a un equipo que mandó en la primera parte y tuvo ocasiones para poder sentenciar, incluido el protestado penalti por falta no señalada a Llorente, aunque bien es cierto que en los últimos compases los bermellones pudieron llevarse el triunfo. "Me sentí bien, estoy contento en lo personal aunque no tanto por el empate. Sobre el terreno de juego estuve a gusto y creo que los minutos me sirvieron para agarrar ritmo poco a poco", subrayó Aguirre.
El interior argentino, que entró en el terreno de juego en el minuto 83 para sustituir a Pedro López, tuvo dos chispazos de clase con un buen pase interior a Víctor y un eléctrico autopase que provocó la expulsión de Nunes. El lunar estuvo en los dos centros que intentó en las postrimerías del partido y que se quedaron cortos. "La verdad es que no estuve bien en los centros, pero mejoraré. Al final estuvimos muy precipitados por las ganas que teníamos de conseguir los tres puntos".
Menos minutos -salió en el 88- tuvo Manchev para demostrar su estado de forma, aunque el búlgaro se mostró muy enchufado y peleón, característica que valora mucho Mendilibar. "Tenía ganas de sentir de nuevo el ambiente de la Primera División y de ayudar al equipo a conseguir la victoria. La verdad es que no es fácil vencer y nosotros necesitamos conseguir puntos para salir de la zona peligrosa".
Fotografía de portada (Gonzalo Martín): Aguirre, contusionado tras la entrada de Nunes que provocó la expulsión del defensa portugués del Mallorca.
Fotografía superior (Gonzalo Martín): Manchev entró al final del encuentro por García Calvo.