Mojica estaba radiante tras el partido. Su gol, su golazo, había servido para abrir el marcador y el colombiano había firmado un buen partido. Otro más a sumar a la cuenta. El extremo fue muy incisivo por la banda izquierda, por donde llegó la jugada que precedió a su gol. “Le hice la bicicleta y me marché, me di cuenta de que no podía centrar así que golpeé fuerte a portería”.
La emoción del momento le privó, confesó, de bailar su famoso salsa choke. En vez de eso, agarró el escudo y lo besó. “Estoy muy involucrado en el Club, estamos todos concienzados para lograr subir a Primera. Somos una familia dentro y fuera del campo”.
Fotografía de Ángel Becerra.
