El 'librillo' del maestro Pereira
El entrenador de cantera afronta con trabajo, intensidad e ilusión su 22ª temporada en el Real Valladolid y su quinta en División de Honor Juvenil
Para Juan Carlos Pereira el refrán se queda corto. Si cada maestrillo tiene su librillo, en el caso del entrenador del Real Valladolid que este curso asume las riendas del Juvenil A en División de Honor se trata de todo un manual, una enciclopedia balompédica que, eso sí, se amplía cada temporada. El técnico afronta su vigesimosegundo curso en la cantera blanquivioleta, su quinto en la máxima categoría juvenil, y lo hace bajo las directrices que han marcado su camino, con ilusión, intensidad y mucha capacidad de trajo. Además, como una oportunidad para seguir creciendo como entrenador y para hacer crecer a sus jugadores, el objetivo más importante en este equipo que cuenta con futbolistas nacidos entre 2004 y 2006.
"Lo afronto con ganas, llevaba muchos años sin entrenar a esta categoría y estoy muy ilusionado y agradecido por la confianza" comienza a relatar Pereira, quien con pedagogía insiste en que a esta edad "lo más importante es la formación, estamos en el último escalón de la formación de los chavales y esperemos que muchos al año que viene pasen al profesionalismo". Para ello, va a procurar "aportarles todo lo que podamos, que sigan creciendo en sus condiciones y que el próximo año, o esta temporada, estén preparados para jugar con el filial o con el primer equipo".
Pero, ¿qué enseñanzas incluye el librillo de Pereira? "Mi palabra mágica es ser competitivos, desde el primer día lo digo, que mis equipos compitan. Me gusta ser dominador aunque es verdad que en esta categoría también vas a tener que sufrir, pero me gusta que mis jugadores disfruten, mejoren en el día a día, y desde el minuto uno les pido máxima intensidad, es la única forma de trabajar. A partir de competir van a crecer y poder disfrutar muchos de ellos en el fútbol profesional" desgrana el entrenador, quien asume que "cada jugador es distinto y tiene unas condiciones diferentes, en el campo y en lo personal" por lo que su labor es personalizar y aportar el máximo para corregir los defectos de cada futbolista "y conseguir lo mejor de él para que demuestre en el verde todo su crecimiento".
Y no solo se trata de exigir al jugador, sino también de dar. Ahí Pereira considera que puede aportar a los jóvenes futbolistas "experiencia de mucho trabajo" y "una ilusión que contagio, eso lo ven y les doy mucha confianza, trabajo desde el primer minuto con la misma intensidad e ilusión". Además de poner en valor a su cuerpo técnico, "muy buenos profesionales, algunos ex jugadores que nos pueden aportar esa experiencia para que el jugador se sienta más seguro y cómodo", y siempre con una formación continua ya que "el entrenador formador se tiene que formar año tras año, el fútbol ha evolucionado muchísimo y tenemos que estar al día".
La época más bonita
Juan Carlos Pereira (03/09/1968) sabe bien de lo que habla no solo por sus 22 años en los banquillos del Pucela sino también porque él vivió el otro lado, el ser canterano del Real Valladolid desde la base hasta llegar al primer equipo. "Recuerdos muy lejanos" reconoce el vallisoletano, quien jugó en el estadio viejo y para quien esta etapa "creo que son los años más bonitos del jugador, con 17 y 18 años, la ilusión por llegar al fútbol profesional, compañeros formidables, yo tengo grandísimos recuerdos".
Como técnico su trayectoria comienza en 1999 y tras pasar por categoría infantil, cadete y juvenil se reconoce como "entrenador de formación, me encanta el trabajo con los chavales, y algunos de los que han pasado por mí están en el fútbol profesional". Una persona, además, con sangre blanquivioleta ya que "llevo más de 30 años en este Club y me lo ha dado todo, me ha formado como persona, quiero responder a lo que me ha dado y ofrecérselo".
Por último, y ya con el Juvenil A sobre el césped en el arranque de esta pretemporada, Pereira analiza con ambición el curso que se abre en la División de Honor: "Hemos apostado por un equipo más joven, muchos de 2005 y 2006, y desde el primer día inculcamos que es periodo de formación pero los resultados son importantes. Y con la actitud de los chavales podemos conseguir cosas".
