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Apa se gradúa

El lateral de 18 años, una de esas joyas que avanzan el futuro del Real Valladolid, se estrena con la primera plantilla en partido oficial

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Sobre el césped era difícil adivinar que se trataba de su debut con la primera plantilla del Real Valladolid. Seguro, atrevido, con iniciativa y sin que el balón quemase sus pies. 84 minutos difíciles de olvidar para Javier Aparicio Gómez (08-03-2000), Apa, quien este miércoles, en Copa ante el Mallorca, en el Estadio José Zorrilla, ha dado un paso más en su carrera como futbolista profesional. 

Llegó a la cantera del Real Valladolid siendo cadete de segundo, procedente de la CIA de Palencia, ciudad que le ha visto nacer y crecer. Como blanquivioleta ha progresado con fiabilidad, paso a paso. Poco a poco. En el mismo escenario en el que debutó en Segunda División B con tan solo 17 años de la mano de Rubén Albés, el zaguero dio muestras de madurez, cumplió y despertó los aplausos de la grada.

Internacional en las categorías inferiores de la Selección Española, Sergio González ha creído en su potencial. Y el lateral diestro, en su debut con el primer equipo -con el que ya ha realizado las dos últimas pretemporadas-, ha cumplido las expectativas.  Un estreno que debe servir como motivación, como aliciente, para un futbolista que continúa su etapa formativa en el Promesas con las miras puestas en llegar a lo más alto del Real Valladolid, club que confía en el talento joven que empuja desde la base.


Apa quiere más
El palentino salió de Zorrilla con dos camisetas, una para él y otra para su abuelo Mariano. “Siempre me ha llevado a los entrenamientos hasta que llegué a la Residencia de Jóvenes Jugadores y si estoy aquí en gran parte es gracias a él”, destacó. Apa se sintió “cómodo sobre el campo” y “agradecido por los consejos” de sus compañeros del primer equipo.

“Me enteré de que iba a jugar porque el míster lo dijo en rueda de prensa y mi hermana me avisó. Me puse muy contento y traté de aislarme aunque me llegaran muchos mensajes de felicitación porque tenía que concentrarme en el partido”.

Y vaya si lo hizo. El palentino no desentonó en absoluto en una grada en la que estaban sus padres, su hermana, sus amigos, sus compañeros de la Residencia… Y su abuelo Mariano, por supuesto.