Hay pequeños gestos que hacen la diferencia, que consiguen que un día más, o un día feo, pueda tener ilusión, luz, esperanza. Este martes el Real Valladolid ha conseguido eso, compartir cariño y buenos momentos con las personas que viven días difíciles, los pacientes ingresados en los tres principales hospitales de la ciudad.
Buena parte de la primeras plantillas masculina y femenina visitaron a las personas hospitalizadas en el Clínico, el Río Hortega y el Recoletas Campo Grande. Especialmente a los más pequeños, niños y niñas que se recuperan bajo los cuidados de los valiosos profesionales sanitarios y que recibieron juguetes y regalos blanquivioletas de mano de los futbolistas. También muchos autógrafos y fotografías que son ya recuerdos entrañables para familiares, pacientes y sanitarios.
Al hospital Clínico universitario asistieron Tomeo, Latasa, Javi Sánchez, Aceves, Álvaro de Pablo, Valdi y Lucía Martínez, quienes se repartieron para poder estar y visitar a la veintena de pacientes de pediatría (desde bebés hasta los 12 años), a las familias recién nacidas en maternidad y charlar con los adolescentes en la planta de psiquiatría. Con todos ellos también estuvo Gabriel Solares, copresidente del Real Valladolid, quien transmitió ánimos y energía. La visita acabó en la unidad de urgencias pediátricas del centro.
Al mismo tiempo, en el hospital Río Hortega estuvieron Chuki, Ponceau, Guille Bueno, Lachuer, Carmen y Nerea, quienes empezaron su visita con una divertida ronda de preguntas a cargo de los pequeños ingresados. Allí repartieron risas y regalos, en las plantas de pediatría y urgencias pediátricas.
Por último, al Recoletas Campo Grande asistieron Arnu, Maroto, Biuk, Guilherme, Jimena y Paloma para acompañar a pacientes adultos e infantiles.
Un día que sirvió para devolver un poco del mucho cariño que se recibe cada día por parte de la afición. También para agradecer a los profesionales sanitarios su labor, profesionales (médicos, enfermeros, celadores, auxiliares...) que disfrutaron de la visita de los jugadores, algunos acostumbrados a verlos cada quince días desde la grada. Y para tratar de hacer más llevadera la recuperación de los muchos chavales que, sueñen o no en blanquivioleta, han podido vivir una experiencia diferente que les ayuda a estar más cerca de poder recuperar su rutina habitual.
El Pucela comparte cariño en los hospitales
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