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Afición

Héroes blanquivioletas: sector primario

Toño, casi treinta años como abonado, trabaja una explotación agraria en La Pedraja de Portillo

El sector primario es el pilar que sostiene el mundo, el que lo hace subsistir. La relevancia de su actividad ha salido reforzada de esta crisis del coronavirus ya que los alimentos que cultivan, que trabajan, no han faltado en ningún momento a lo largo del periodo de confinamiento. Por eso a ellos dedicamos hoy este 'héroes blanquivioletas' protagonizado por Toño Martín, agricultor y socio del Real Valladolid desde hace casi 30 años.

Su explotación agrícola se sitúa en la denominada España Vaciada, en la Pedraja de Portillo, municipio con algo más de mil habitantes al sur de la provincia. Allí la Covid-19 "se vive con la misma precaución que en las ciudades pero con un poco más de libertad, no te cruzas con tanta gente y tienes más contacto con el aire libre" asegura Martín, quien tiene claro que "si alguna ventaja tiene vivir en los pueblos, es esta", ese espacio, esa amplitud tan propia de Castilla, la atmósfera limpia.

¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria al sector primario?

El vallisoletano comparte su experiencia al frente de sus cultivos -principalmente cereales, leguminosas, girasol, remolacha y patata- y también de la empresa agrotécnica El Alamillo que suministra productos agrícolas.

"Cambios a nivel operativo prácticamente ninguno -relata sobre cómo se ha trabajado estas semanas- pero en el ambiente sí, hay miedo, preocupación. Pero la actividad hay que desarrollarla, no queda otra". Para mitigar ese temor al contagio que todos compartimos han implementado las medidas de seguridad "básicas" que ya todos conocemos, como son "el distanciamiento social, llevar mascarillas, lavarse las manos...".

Lo que no ha cambiado tampoco es el volumen de trabajo, constante y sin incremento. De todas formas, aclara, "el sector agrícola es muy relativo, depende de la climatología y hay años con más actividad que otros". "Para unos cultivos está siendo muy buen año pero para otros un poco peor, los de regadío suelen tener intereses diferentes a los de secano; sí es verdad que hay mayor presión de plagas y enfermedades y como te descuides puede llevar al traste la cosecha" explica sobre su fundamental labor.

La reivindicación de precios justos
La rutina de trabajo de este pucelano arranca, un día normal, sobre las 8 de la mañana. "Paso por la oficina, planificas el trabajo, atiendes temas administrativos, clientes, ves los cultivos..." resume sobre su tarea diria.

Una labor que, como el carácter castellano, es humilde y silenciosa. "La agricultura está acostumbrada a no hacer grandes dispendios cuando va bien, ni a lamentarse cuando las cosas van mal" analiza, y completa su argumento: "Cuando la economía a nivel nacional va por las nubes la agricultura está en un escalón más bajo. Cuando vienen mal dadas, tampoco estamos en el escalón más bajo. Aunque sí hay algún sector como el vino o el ovino que lo va a pasar mal".

Y en esa forma de ser del pueblo de Castilla también cabe, como se ha demostrado a lo largo de la Historia, la reivindicación por lo justo. El campo lleva años protestando en pro de unos precios equitativos, un escenario que el Covid-19 no ha cambiado y que, en su opinión, tampoco será la ocasión de conseguir esa meta: "Más bien al contrario, a nivel supermercado sí se nota (un aumento de los precios) pero a nivel agricultor no. Las patatas, por ejemplo, están a uno y pico euros [el kilo] cuando al agricultor le pagan quince céntimos. De momento no está llegando ese beneficio, no queda otra que seguir luchando".

Mismas normas en pueblo y ciudad
A pesar de que el campo vive estas semanas un reconocimiento Toño Martín, quien conoce bien la realidad de su sector, no es muy optimista al respecto. "Evidentemente de nosotros depende que la gente tenga para comer a diario" empieza su reflexión, "lo que pasa es que cuando las cosas vuelvan a la normalidad y la situación económica cambie no tengo mucha confianzas en que se sigan acordando de nosotros como ahora".

Esa condena al olvido que vive el sector primario, y que comparte con la España rural eclipsada por las luces y el bullicio de la ciudad, ha generado también discrepancias a nivel nacional en torno al planteamiento del estado de alarma. ¿Pueden ser las mismas normas para una ciudad de 3 millones de habitantes que para un pueblo de 300 habitantes?

El vallisoletano considera que "no tiene mucho sentido que confines en casa en pueblos, por ejemplo, de Tierra de Campos con 200 personas, porque si salen a dar una vuelta por un camino van a tener menos peligro que cuando van a por el pan". 

Fenoy, ídolo de la infancia

Toño Martín, como todos los abonados y aficionados del Real Valladolid, echa de menos volver a "disfrutar del ambiente, con la familia y los compañeros de asiento" que supone visitar el Estadio José Zorrilla los días de partido. 

Su pasión y sus recuerdos se remontan a cuando era pequeño. Él, quien jugaba de portero, tiene ente sus ídolos a Arconada y a Fenoy, quien durante ocho temporadas defendió el arco del Pucela en la década de los 80. "Las primeras imágenes de cuando empecé a ir al fútbol con mi hermano son de ponernos en el fondo sur, detrás de la portería, sufriendo como ahora" rememora, y echa la vista atrás para intentar poner fecha a su primera temporada como socio: "Desde aquel año que el último partido de liga fue un Real Valladolid - Celta, que nos valía el empate a los dos y eso es lo que pasó". Habla de la lejana temporada 1993-1994.

Por último, su deseo es el que compartimos todos. Volver a la normalidad. A la vieja normalidad, en la medida de lo posible. "Sería buena noticia volver" zanja, con la esperanza de quien quiere  disfrutar en la grada de su Real Valladolid porque eso implicaría que las cosas volverían a ser como eran hace unos meses que ya nos parecen años.

Héroes blanquivioletas: sanitarios, FFCCSE, comerciantes, transportistas, periodistas