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Héroes blanquivioletas: sector comercial

Luis Miguel Amor, con 30 años de antigüedad como abonado, representa a los trabajadores del pequeño comercio y las grandes superficies

Recordaba Sergi Guardiola esta misma semana que las personas que están en primera línea de fuego contra el Covid-19 son verdaderos héroes. Ellos, los de corazón blanquivioleta, que tantas veces han gritado con pasión los goles del ariete en Zorrilla. Ellos, que ansían con recobrar la normalidad y poder vivir en primera persona una victoria de su Pucela.

Después de homenajear a los sanitarios y a los profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, es momento de rendir tributo a los trabajadores del pequeño comercio y las grandes superficies. Su representante será Luis Miguel Amor Verdugo, abonado desde 1990 que ostenta el número 1.175. Empleado de Carrefour y trabajador en el centro de Barrio España desde hace quince años, es un fijo en Grada Sur junto a su padre (Luis Ángel, abonado 454), verdadero culpable de su incondicional amor por el Pucela.

En la génesis de la crisis sanitaria que vive el país, uno de los primeros escenarios fueron los hipermercados. Grandes colas y muchísima demanda de diferentes productos, unos días que no duda en calificar como “lo peor” de la situación vivida en el plano laboral. “La demanda superaba con mucho la de los días más intensos que todos los compañeros habíamos conocido, como los de Navidad. Lo vivimos con mucha sorpresa y expectación, nos dimos cuenta de que algo realmente grave estaba pasando y que podía ir a más. Fueron días de mucha incertidumbre porque, evidentemente, no queríamos llevarlo a casa y poner en riesgo a nuestros seres queridos”.

Pronto se protocolizaron las medidas de seguridad y se normalizó que todos las personas atienden cara al público se protegieran con guantes, mascarillas, geles hidroalcohólicos o mamparas protectoras. “También se controla el aforo, se delimitan las zonas de entrada y salida para reducir los acercamientos entre clientes, se presta especial atención a la distancia de seguridad y se han cerrado a la venta las áreas de productos que no son de primera necesidad, con la intención de disuadir la llegada de clientes que no van a comprar por necesidad”, explica. Todas estas medidas hacen que Luis, al igual que sus compañeros, no tengan miedo y sí esperanza de que toda esta situación “solo sea un recuerdo” dentro de un tiempo “no muy lejano”.

Con el “abastecimiento garantizado” y tras el boom de la venta de geles hidroalcohólicos, papel higiénico o alimentos como la pasta o el arroz, “ya con la demanda más constante y estabilizada”, ahora los grandes protagonistas en cuanto a ventas son los aperitivos, los dulces o la levadura.

Ganas de Pucela
Con treinta años a sus espaldas como abonado del Real Valladolid, evidentemente una de las cosas que más echa de menos dentro de la ansiada rutina es volver a Zorrilla. “Ver a los más habituales que se sientan alrededor, comentar algún chascarrillo con los más íntimos, vivir la pasión de los últimos partidos… Son muchos años y muy pocos los partidos que me he perdido, recuerdo que de pequeño siempre creía que íbamos a ganar porque para mí el Pucela era el mejor equipo del mundo”. Y lo es. Y con héroes como estos en sus filas, aún más.

“También echo de menos comentar la jugada después de un partido, siempre es norma charlar con mi compañero Javi García, también muy aficionado, y hablar de lo que ha hecho el equipo… A no ser que haya perdido. Entonces siempre dejamos un periodo de penitencia y no hablamos de fútbol”.

La llamada termina porque Luis tiene que prepararse para ir a trabajar una tarde más. Y lo hace con un mensaje para la esperanza. Su percepción de que esta maldita crisis ha sido capaz de sacar “lo mejor de cada persona, lo mejor de la sociedad”, algo que percibe en el día a día con clientes y compañeros. “Veo más amabilidad y reconocimiento hacia nosotros. Evidentemente no podemos ponernos a la altura de sanitarios o personal de seguridad, pero debemos estar orgullosos del papel social que desempeñamos para garantizar el abastecimiento. Ayudar a los mayores o a los sanitarios para darles prioridad en nuestros centros hace que todos estemos trabajando en conjunto y aportando nuestro granito de arena para salir lo antes posible de esta situación”.

Y entre todos los conseguiremos. Muchos héroes de la mano con un mismo objetivo: derrotar al Covid-19. Ojalá podamos celebrar esa victoria lo antes posible.

  Luis Miguel Amor