Aunque pasándolas canutas hasta el pitido final, el Real Valladolid cosechó este sábado un triunfo importantísimo por 1-0 ante el F.C. Barcelona B que le permite irse al parón navideño de la Liga Adelante -el siguiente encuentro se disputará el 7-8 de enero- con los deberes hechos y 32 puntos en el zurrón, a tan solo dos del nuevo líder, el Elche, y a uno del ascenso directo que marca el Hércules (y el Deportivo si gana este domingo en Las Palmas).
La victoria fue sufrida y trabajada hasta la extenuación. El equipo blanquivioleta dejó el papel estelar al filial azulgrana y salió al campo de Zorrilla con el mono para trabajar a destajo, tapar huecos, molestar en los pases, estorbar las combinaciones y no dejar pensar a los excelentes jugadores de La Masía.
Tan solo un arreón vallisoletano en el comienzo de la segunda mitad, que nació de una presión más adelantada, dio como fruto el gol de Óscar, que los hombres de Djukic supieron conservar como un tesoro hasta el final del partido.
Ni un solo minuto vivió el partido tranquilo el Real Valladolid. Al igual que sucediera el pasado domingo en Alicante, el equipo blanquivioleta cedió la pelota al rival, se replegó en su campo con la defensa adelantada -eso sí-, las líneas muy juntas y atentos a un mal control o un pase defectuoso, para ir a la presión, robar y salir al contraataque.
En los primeros minutos al Real Valladolid le costó mucho parar el juego combinativo del Mini Barça de Eusebio, que llegó varias veces a la línea de fondo o piso el área grande en ventaja, pero no acertó a encontrar el remate.
Sisi, una vez más, fue el mejor jugador del equipo blanquivioleta, trabajando a destajo.
Poco a poco, el Real Valladolid fue multiplicándose en el trabajo, ajustando su mecanismo defensivo, tapando líneas de pase y sacrificándose más en la presión para que el dominio azulgrana se quedara solo en eso y no se tradujera en ocasiones. Con mucho sacrificio lo consiguió.
En ataque -en contraataque realmente-, el Real Valladolid salió en contadas ocasiones con peligro real en la primera mitad.
En el comienzo de la segunda parte surgió el chispazo que incendió el partido. El Real Valladolid adelantó sus líneas de presión, robó y primero Jofre fabricó una grandísima ocasión que Óscar no pudo facturar y luego originó un córner del que salió el gol. Jesús Rueda ganó el testarazo en el segundo palo y el balón, mansamente, cayó en la zurda de Óscar, que, solo en el área pequeña, fusiló a Masip.
Tras el gol, el Real Valladolid se creció para correr todavía más, trabajar un poco más y multiplicarse en labores defensivas para que no llegara el empate. En cada acción azulgrana, con jugadores que atesoran grandes condiciones físicas y técnicas, se adivinaba el peligro, pero lo cierto es que el esfuerzo defensivo le otorgó el premio final de una victoria y tres puntos de oro, incienso y mirra.
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Fotografías (Gonzalo Martín Velasco).
Once del Real Valladolid ante el FCBB, con tan solo una novedad con respecto al equipo que salió en Alicante, puesto que Sisi entró por el sancionado Nauzet. En la segunda mitad, Manucho entró por Javi Guerra en el minuto 63; Baraja relevó a Óscar en el minuto 76 y Nafti dejó su sitio en el centro del campo a Álvaro Rubio en el minuto 84.
