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2-1: El Real Valladolid da un recital para ganar al Sevilla

Los blanquivioleta borraron al conjunto hispalensense del terreno de juego durante 80 minutos, aunque lo pasaron mal para cerrar un merecidísimo triunfo en la recta final

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El Real Valladolid cuajó este martes en Zorrilla su mejor partido de la temporada para ganar por 2-1 a un Sevilla que sólo metió el miedo en el cuerpo de los blanquivioleta en el arreón final, en el que consiguieron un gol -golazo de Cala en el minuto 83- y estuvieron a punto de empatar en una ocasión de Jesús Navas que salvó Jacobo.

Si el Sevilla hubiera empatado en Valladolid esta tarde el golpe moral habría sido de dimensiones incalculables. Porque el Real Valladolid fue esta tarde infinitamente superior al Sevilla en todos los aspectos: físicos, tácticos, en lucha, en defensa, en ataque...

Sobre todo en la primera parte, el Real Valladolid dio un recital. Empezó titubeante, pero cuando vio que podía, se comió al Sevilla. Un penalti más grande que La Giralda en el minuto 13 a Diego Costa que no quiso ver Álvarez Izquierdo encendió la mecha. El Pucela, bien pertrechado atrás con Pedro López, Sereno, Nivaldo, Del Horno y Barragán inconmensurables, y bien lanzado desde la medular por Borja y Baraja, llegó con una soltura increíble a los dominios de Palop. Al descanso, el partido debió estar sentenciado para los vallisoletanos, pero como sólo Diego Costa atinó a cabecear con acierto una falta lateral botada desde la izquierda por Nauzet, el partido quedó vivo para la segunda parte.

En la reanudación, si al Real Valladolid le había costado crear media docena de buenas ocasiones para marcar un tanto, en la primera que tuvo, Manucho la enchufó a pase de Diego Costa tras el enésimo robo de balón, esta vez de Barragán.

Tres minutos después, Diego Costa falló clamorosamente el 3-0 en un mano a mano con Palop y entonces el Sevilla despertó. Su primer disparo a puerta tardó una hora de juego, pero Jacobo tapó el derechazo escorado de Jesús Navas. La jugada, más clara, se repetiría en el minuto 89...

En el último cuarto de hora, el Sevilla dio un paso adelante decidido y el guión cambió. Desaparecido en combate hasta el momento, borrado por un rival pletórico que le había ganado en todos los terrenos, el Sevilla empezó a jugar, aunque el Real Valladolid supo manejar la situación defendiéndose con solvencia.

Pero llegó el gol, ese gol que se convierte en una espada en la cabeza, que te atenaza, que te para el corazón. Fue en el minuto 83, cuando a Cala, desde 30 metros, soltó el disparo de su vida que se coló como un obús por la escuadra.

Tras el 2-1, Marquitos perdonó el gol de la sentencia en la jugada siguiente, en un remate a bocajarro a pase de Diego Costa, y los últimos minutos fueron el típico suplicio, en los que cada centro al área, cada córner, cada falta lateral es un sinvivir. Y el Sevilla la tuvo. Navas se plantó ante Jacobo, pero el arquero vallisoletano sacó el remate y los puntos se quedaron en casa.

El Sevilla ya es historia. El Pucela tiene que seguir remando, sin margen para el error. La siguiente final, en La Rosaleda.

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Fotografías (Gonzalo Martín). Manucho y Diego Costa festejan sus tantos.