Al Cádiz C.F., al histórico Cádiz C.F. que tuvo en la década de los 80 y a principios de los 90 su época más gloriosa, le ha costado sangre, sudor y lágrimas salir de la Segunda B (seis temporadas consecutivas en la división de bronce) hasta que lo consiguió el pasado verano, y no está dispuesto a volver al barro. Al contrario, poco a poco, el Cádiz se está consolidando en la zona noble de LaLiga 1I2I3 y en este momento parece en serias condiciones de disputar el ascenso directo al Levante, Girona y Getafe.
Con un estadio nuevo, en el que el ayuntamiento de Cádiz ha invertido 70 millones de euros; una de las mejores aficiones de España; y un modelo deportivo y de gestión bajo la batuta de Quique Pina (expresidente del Granada C.F.), el equipo de la tacita de plata apunta muy alto.
Desde el banquillo, Álvaro Cervera es el verdadero arquitecto del Cádiz C.F. Consiguió el ascenso la pasada campaña y en la presente ya es el equipo revelación de la primera vuelta.
El Cádiz es, por encima de todo, un equipo serio, bien trabajado, que sabe a lo que juega y busca la practicidad, tanto en ataque como en defensa. Desde luego, en casa ya lo ha conseguido: sólo ha concedido tres empates y una derrota, y ha ganado sus cuatro últimos partidos. 4-1 al Alcorcón, 3-0 al Zaragoza y 4-1 al Sevilla Atlético fueron los últimos resultados registrados en el Ramón de Carranza para despedir el 2016.
Y fuera de casa, donde había tenido más problemas al principio, ha logrado ganar en sus dos últimas salidas: 1-3 en Córdoba y 2-3 en Elche, el pasado fin de semana. Un dato amenazador para el Pucela: en sus seis últimos partidos, el Cádiz ha marcado 17 goles, los mismos que el Reus en toda la Liga, por ejemplo, lo que le acredita como el equipo más en forma de la categoría.
El conjunto gaditano suele practicar un sistema de juego 1-4-2-3-1. Su defensa la sustenta el doble pivote, alrededor del que se arma el resto de bloque, que báscula equilibradamente de un lado para otro para impedir la progresión rival. De estas labores queda un poco excluido su delantero centro titular, Ortuño, que guarda todos sus esfuerzos para las acciones ofensivas, y con éxito, ya que es el máximo goleador de la categoría con 13 tantos.
Ofensivamente, el Cadiz es versátil. Puede presentar un buen juego combinativo, pero en un momento determinado es capaz de transformarlo en juego directo desequilibrante, que cambia el ritmo y sorprende al contrario. Habitualmente no practican la salida de balón desde saque de puerta para no arriesgar en la fase de iniciación, y el arquero Cifuentes suele pasar en largo. Sin embargo, a partir de la segunda jugada tratan de dar sentido e intención a sus combinaciones. Buen trato de balón, pero minimizando el riesgo.
Además de Ortuño, está en un gran momento el medio izquierdo Álvaro García, un jugador muy veloz, incisivo y que busca la progresión constante, pero que a la vez posee capacidad de realizar buenos centros.
El Cádiz también tiene su toque blanquivioleta: Aridane y Brian, jugadores que en su día pasaron por el Promesas, son indiscutibles en el esquema de Álvaro Cervera. Aridane, que jugó en el filial vallisoletano en las temporadas 08/09 y 09/10, forma en el centro de la zaga junto a Sankaré, mientras que Brian (04/05) se ha consolidado en el lateral izquierdo gracias a su buen golpeo del balón y su estimable velocidad.
Y, además de todo esto, que es mucho, este Cádiz siempre se guarda una bala en la recámara: el veterano Dani Güiza, que siempre espera su oportunidad en el banquillo, y que el pasado domingo en Cádiz se estrenó como goleador con dos dianas contra el Elche que le dio al equipo amarillo tres puntos que le sitúan en la cuarta plaza con 33 puntos, cinco más que el Real Valladolid.
