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LaLiga

1-0: Victoria

El Real Valladolid, en un partido a vida o muerte, obtiene tres puntos ante los cuales cualquier adjetivo se quedaría escaso

Hay noches en las que una palabra lo explica todo. Victoria. El Real Valladolid tenía la obligación este martes de sumar los tres puntos en Zorrilla. No valía otra cosa. Cualquier otro resultado complicaría en exceso el objetivo de la permanencia. Por eso este triunfo significa tanto, conseguido además a través de una propuesta valiente, de controlar el juego y de querer llevar en todo momento la batuta del balón.

El Girona quiso desde el principio dormir el encuentro y frenar el arreón inicial del Pucela. Lo consiguió durante unos minutos pero pronto el dominio fue para los locales, que tuvieron la primera en el 7’ con un tiro de Waldo desde la frontal. Desde el córner lo intentó en varias ocasiones el equipo de Sergio González, que proponía sobre el verde de Zorrilla en un primer tramo de choque muy trabado, con muchas interrupciones y faltas.

El equipo gerundense apenas tenía presencia en el área rival y el protagonismo se desarrollaba en campo visitante, más allá de un remate defectuoso de cabeza de Portu, y una intervención, providencial eso sí, de Calero para desbaratar un centro lateral dirigido al pie de Stuani dentro del área. Sin embargo, era Bono el que tenía más trabajo, y con una actuación de mérito privó del gol a Waldo.

Ünal y Guardiola acechaban la portería y rozaron el premio en varias ocasiones. La más clara en el minuto 44: Enes filtró dentro del área y Sergi solventó el mano a mano mandándola al fondo de la red. No obstante el linier levantó la bandera y el colegiado, tras consultar al VAR, confirmó el fuera de juego.

 

Un gol que vale oro
Salió convencido el Real Valladolid de vestuario. Convencido de que sí, hoy era el día. Convencido de que con su planteamiento sobre el césped el gol tenía que llegar, tarde o temprano.

Todo el bagaje ofensivo del partido pintaba blanco y violeta. El Girona, más allá de un córner, aguantaba con solvencia, eso sí, los envites de los locales. Centros desde la derecha y la izquierda, jugadas hiladas por el centro, disparo desde la central... lo probaba todo el equipo pucelano. 

Y, en el minuto 67, éxtasis. Waldo recibe en banda y filtra dentro del área para Ünal, que atrae gente y aguanta en pie con el balón controlado. Lo deja de de cara, fuera del área, para la llegada de Míchel quien, preciso, golpeó ajustada al palo. Gol. Eso que las más de 19.000 almas concentradas en Zorrilla anhelaban. 

En ese momento apareció el Girona, necesitado a, al menos, igualar la contienda. Y tuvo buenos minutos el equipo visitante, aunque también el Pucela pudo ampliar su renta gracias a un disparo con rosca de Plano que lamió el palo. 

Pere Pons tuvo la más clara de los gerundenses en una internada dentro del área tras dejar a dos defensores atrás. Apuró línea de fondo, muy cerca de la portería, y probó su lanzamiento que encontró una respuesta felina de Masip para enviar a córner. Lo siguió intentado el Girona, volcado al ataque, mientras que el Real Valladolid aguantó sus costuras con la entrada de El Hacen por Ünal.

Cinco minutos de añadido añadieron tensión y dramatismo al desenlace del encuentro. En una contra pudo sentenciar el Real Valladolid, pero el disparo de Guardiola se fue alto. El conjunto catalán disfrutó de un córner en el que hasta su portero subió a rematar, sin nada que perder, pero la solidez defensiva pucelana quedó demostrada no solo para evadir el peligro sino para lanzar una contra que Toni Villa, quien reaparecía tras su lesión, no logró culminar desde muy lejos a portería vacía. Una última jugada de los visitantes puso a prueba los nervios de los locales, jugadores y afición, que finalmente pudieron celebrar una Victoria con mayúsculas.

Estos tres puntos sacan al Pucela del descenso, al sumar 35 y, a falta de lo que pase en esta jornada 34, adelantar al Girona. El próximo sábado el equipo se mide al Atlético de Madrid en el Wanda, a las 16,15 horas.