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LaLiga

Victoria ante Eibar, sinónimo de éxito

Las dos veces que el Real Valladolid ha superado como local a los armeros el equipo logró escalar un escalafón en el fútbol nacional

La corta historia que une al Real Valladolid y a la SD Eibar hace que sea difícil recuperar momentos únicos. Lo hubo, quizá, la temporada pasada con aquella remontada en Ipurua en los minutos finales que supuso una piedra importante para cimentar la salvación. Pero viajando atrás en el tiempo las pugnas entre ambos conjuntos se difuminan.

No obstante, aunque no deja de ser una curiosidad debido al escaso volumen, sí es cierto que las victorias del Real Valladolid como local ante el Eibar han sido presagio de cosas buenas para el Club.  

Hay que viajar al 28 de febrero de 1993 para revivir el primer partido de los vascos en el Nuevo Estadio José Zorrilla. Aquella ocasión fue en Segunda División, con los eibarreses asentados en la categoría de plata y los de Pucela recién descendidos tras una larga temporada en lo más alto. Prestigio que recuperarían a final de ese mismo curso.

El partido sucedió en la jornada 24 en la cual el Real Valladolid coqueteaba con los puestos de ascenso, aún esquivos. Aquel once lo formaron Lozano en portería, Walter Lozano, Manolo García, Cuaresma, Castillo, Damián, Rachimov, Caminero, Amavisca, Onésimo y Alberto Moreno; y, aunque no jugaron, en aquel plantel que entrenaron primero Boronat (cuatro partidos), luego Saso (14) y por último Mesones (20) también estaban jugadores de buen recuerdo como Najdoski, Iván Rocha, Chuchi Macón o el que años más tarde sería referencia bajo palos, César Sánchez.

Un solitario gol de Amavisca, en el minuto 82, fue el que rompió el empate para dar los tres puntos a los locales y seguir soñando así con un ascenso que se confirmaría en la última jornada, en Palamós.

 

Recuerdos en blanco y negro
Hay que saltar 22 años atrás desde aquel 1993 para rememorar un enfrentamiento que, aunque fuera del fútbol profesional, también configura la identidad del Real Valladolid.

No muchos sabrán que el Pucela navegó por las aguas de la Tercera División. Lo hizo entre 1944 y 1948, y lo volvió a hacer en la temporada 1970-71, año del primer enfrentamiento oficial de liga con la Sociedad Deportiva Eibar.

Encuadrado en el grupo 2 de aquel tercer escalón (ya que no existía la Segunda B) el Real Valladolid afrontaba el mayúsculo reto de reponerse de un varapalo grande y regresar cuanto antes al deporte de élite. Los armeros, en cambio, transitaban en una categoría donde llegaron a estar 28 temporadas consecutivas.

El 4 de abril de 1971 los azulgranas llegaron al Viejo Estadio José Zorrilla, en la jornada 31. Lizarralde, Álvarez y Segura fueron los goleadores locales en el triunfo por 3-1 que permitían a los blanquivioletas seguir en la zona alta y, a la postre, lograr el ascenso directo al finalizar en segunda posición. Entre los rivales aquel año también estaban el Tenerife (líder), Palencia (que jugó playoff de ascenso), Osasuna, Huesca y Salamanca, entre otros. Una muesca más en la prolija historia de un Real Valladolid que ha cumplido los 91 años y que cada fin de semana trata de ampliar con gestas y éxitos.