Los enfrentamientos casi centenarios entre CD Castellón y el Real Valladolid están sazonados por pequeñas historias personales cruzadas. Esas que enriquecen su pasado y que dan grandeza al fútbol. Las que cuentan, por ejemplo, cómo dos vallisoletanos de adopción lideraron al equipo valenciano en la última visita de los blanquivioleta a Castalia hace casi veinte años.
El apellido Moré no necesita presentación. El padre, José, Pepe, es uno de los hombres más reconocidos en la Historia del Real Valladolid. Méritos no le faltan, con doce temporadas como jugador en el primer equipo -ocho de ellas en Primera-, un ascenso y haber levantado al cielo el principal título del Club, aquella gloriosa Copa de la Liga de 1984. Precisamente un par de años antes, en 1982, nació el otro protagonista de esta conexión, su hijo Xavi, en el mismo pueblo que lo hizo su padre, el barcelonés L’Ametlla del Vallés.
La trayectoria blanquivioleta de Pepe continuó desde los banquillos, solo una temporada después de haber colgado las botas. Cómo no, lo hizo en Zorrilla, siendo ese profesional de la casa que durante tres temporadas fue recurso y salvador como técnico del primer equipo, en Primera División. Tras un par de años al frente del Promesas, regresó a los mandos de la principal nave pucelana entre el 2000 y el 2003 para seguir manteniendo a su Real Valladolid en la élite.
La temporada 2002-03 como punto de partida
Las historias comienzan a cruzarse en la temporada 2002-03. A sus 49 años Pepe estaba consolidado como técnico de Primera con el Real Valladolid y aquel curso sería inolvidable para Xavi, quien como blanquivioleta debutó en la máxima categoría del fútbol español. A sus 20 años, cumplía el sueño.
A 438 kilómetros, Castellón de la Plana también rozaba la gloria aquellos meses de tranquilidad en Pucela. En su novena temporada en Segunda División B, algo que se hacía extraño para un equipo histórico de la altura de los valencianos, los Orelluts finalizaron campeones, con mucho colchón, del grupo III. La ilusión por regresar al fútbol profesional era palpable pero en la fase de promoción los castellonenses fueron segundos de su grupo, por detrás del Ciudad de Murcia, y se quedaron a las puertas de un éxito que llegaría al fin dos cursos después.
El trasvase Pisuerga-Mijares para obrar el milagro
Pepe y el Real Valladolid separaron sus caminos tras la 2002-03, con el objetivo de la permanencia conseguido. Sería un adiós profesional definitivo, aunque no sentimental, ya que la figura de Moré siempre está vinculada a su Pucela, como quedó demostrado en los actos de la Copa del 84 y, recientemente, en el recibimiento a esas personas ilustres que han engrandecido al Club.
Xavi Moré continuó dos cursos más como blanquivioleta, el último de ellos en Segunda. Y ambos, padre e hijo, se reencontrarían precisamente en Castellón, en el regreso de los albinegros al escalón de plata.
Pero las circunstancias fueron épicas. Xavi entró desde el principio en la dinámica del vestuario, y se convirtió en una de las piezas importantes del equipo aquel difícil año. Como recién ascendido, los primeros pasos del CD Castellón fueron complejos y tras diez jornadas el equipo era colista con solo un triunfo y tres empates (uno de ellos, 0-0 ante el Pucela). Fue entonces cuando llegó Pepe al banquillo para obrar el milagro.
En una remontada que aún se recuerda en tierras valencianas, el equipo levantó el vuelo bajo la batuta del padre. En la jornada 20 logró salir, por primera vez, del descenso. Y a partir de la jornada 33 no volvieron a pisar esos cuatro puestos fatídicos, consolidando a los Orelluts en Segunda.
Ahí fue donde Pepe Moré se ganó el cariño y el respeto de la afición. Dos temporadas y media estuvo el ‘vallisoletano’ en el banquillo del CD Castellón, donde continuó a pesar de sufrir, en octubre de 2006, una angina de pecho.
De hecho, aquella temporada 2006-07 guarda los últimos enfrentamientos ligueros entre CD Castellón y Real Valladolid, y también los últimos de Xavi con la blanquinegra. Un año que inevitablemente saca la sonrisa de cualquier corazón blanquivioleta. Con Mendilibar como entrenador, aquel Pucela voló para disfrute de los vallisoletanos, que vieron a los suyos convertidos en una máquina implacable de ganar: el equipo ascendió tras la jornada 34 y acabó líder con un colchón de 25 puntos sobre el cuarto.
El Castellón de Pepe Moré llegó a Zorrilla en la jornada 17, un 1-0 con gol de Víctor para seguir aumentando una racha que, aquel 16 de diciembre, alcanzó los once partidos consecutivos sin perder (serían 28 al final). Sin embargo, en la visita a Castalia, en la jornada 38, con los locales jugándose la permanencia, el resultado fue de 2-1.
El CD Castellón de Moré continuó un año más en Segunda, un curso que iba a ser el último de Pepe en los banquillos. Destituido a mitad de la temporada 2007-08, con 54 años, la leyenda blanquivioleta puso fin así a su etapa vital como entrenador profesional. Xavi, por su parte, continuó como futbolista en activo en 2ªB hasta 2017 pasando por equipos como el Pontevedra, Real Oviedo, Noja, Burgos y Palencia. El descenso de los blanquinegros en 2010 abrió una década negativa para los castellonenses, un camino empedrado hasta volver a Segunda en 2020. Un equipo que lucha por recuperar la esencia de lo que fue, y que este viernes recibe en Castalia a un Real Valladolid que también quiere fortalecer sus raíces para arraigar, de nuevo, de forma permanente, en Primera División, allí donde Pepe Moré se convirtió en leyenda.