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"Desarraigo", ganador del II Concurso de Microrrelatos

El microrrelato de Cristina López Corral fue elegido por un jurado de periodistas deportivos como el mejor trabajo de los 108 presentados

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El microrrelato "Desarraigo", escrito por Cristina López Corral bajo el pseudónimo de "Ese", ha sido elegido como el ganador del II Concurso de Microrrelatos convocado por realvalladolid.es, según el fallo del jurado compuesto por los periodistas Iñigo Torres (Radio Nacional de España), Chus Rodríguez (Radio Marca Valladolid) y Antonio Aragón (Efe y elvalladolid.com).

En segunda posición finalizó el microrrelato "Pucela hasta la muerte" y en tercera posición, ex aequo, "Tú no lo entiendes" y "Kirieleisón".

La ganadora, Cristina López Corral, recibirá un lote de productos PUMA, una camiseta dedicada por los jugadores del Real Valladolid y un abono para la temporada 09/10. Los premios serán entregados por el presidente Carlos Suárez en los prolegómenos del partido Real Valladolid - Betis, previsto para el próximo 18 de enero.

Enhorabuena a Cristina López Corral y muchas gracias a todos los concursantes por su participación y ayudar a la consolidación de un concurso que tendrá en 2009 una tercera edición.

A continuación puedes leer el microrrelato ganador, "Desarraigo":

Ruy era el único de nosotros que no tenía mote, el único que tenía los ojos azules, tan transparentes que mirarlos causaba desasosiego, el único que no tenía más familia que un padre tan enfermizo y oscuro que costaba creer que hubiera podido engendrar una criatura tan luminosa. Siempre parecía a punto de sonreír, como si conociera un secreto mágico que le protegiera. Yo le adoraba. Tanto que le odiaba por no mirarme, por ni siquiera verme, por no quererme. Tanto que, yo, el cabecilla, el chico duro, me hubiera dejado descuartizar por él.

Su camiseta violeta y blanca parecía de un tejido especial esa tarde, como todo lo que él se ponía. Hacía calor y nos fuimos a beber al descampado. Ruy, recostado sobre el techo de una furgoneta abandonada, escuchaba la radio. Jugando su equipo -el de la ciudad en que nació su padre- no salía sin ella. Cuando nadie prestaba atención, hubo un revuelo y vi a Ruy saltando enloquecido. Echó a correr camino de su casa gritando que tenía fiesta con el viejo. Aún duelen los celos y la soledad que sentí, que sentimos todos, al verle alejarse, más ajeno e inalcanzable que nunca.